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Mira

2, agosto 2016 - 21:01

┃ Héctor Reyes

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Fotos: Jorge Barrera

El clavadista mexicano Iván García es un temerario y solo así puede aspirar a lo más alto de la gloria olímpica y pelear el honor a los chinos durante los Juegos Olímpicos de Río 2016. Plenamente concentrado, el martes ejecutó uno de los clavados más acrobáticos de la historia sobre la plataforma, el tres y media atrás en posición “B”.

Un portento de precisión y abrir rápido para entrar al espejo de agua.

“La busqué (la lista de clavados de mayor grado de dificultad sobre la plataforma), ya la tengo y espero que esto me ayude a tener un buen resultado”, declaró el subcampeón olímpico de clavados sincronizados junto a Germán Sánchez, quienes planificaron lo mismo, presentar la lista más alta en los Juegos Olímpicos de Londres.

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El martes por la tarde, al final del entrenamiento que tuvo una duración de más de tres horas, el afamado “Pollo” realizó uno de los clavados de mayor grado en la historia, con una valoración de 4.1. No es usual que un clavadista de su talla antes de ejecutar un salto ornamental se persigne y realice una plegaria.

“Lo hago para sentirme tranquilo y lo único que pido es que no me pase nada”, en tanto disfruta de sus segundos Juegos Olímpicos, una coronación al esfuerzo de cuatro años.
El clavadista redentor de hazañas que marcan la vida de un deportista de esa naturaleza que muy pocos en el mundo existen. Un acto de fe o una forma de adquirir confianza, todo a la vez y en el camino a la sala de masaje habló de ese acto temerario que se complemente con otros no menos difíciles como los dio a conocer el entrenador Iván Bautista.

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