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11, septiembre 2015 - 13:31

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Madrid.- El esloveno Jan Oblak, portero del Atlético de Madrid, afronta imbatido este curso el partido contra el Barcelona, sin goles en contra ni en la pretemporada ni en los dos encuentros de Liga, antes de medirse este sábado a un ataque temible, que le ha marcado cinco de los 18 tantos que ha recibido en competición desde que defiende el arco del equipo rojiblanco.
Una prueba de máxima dificultad por la capacidad goleadora de los delanteros que tendrá enfrente en el Vicente Calderón, pero avalado por todas las cualidades que le han afianzado en los últimos seis meses en la portería rojiblanca como un guardameta solvente, fiable y ágil tanto por arriba como por abajo y ante cualquier rival.
No ha recibido ningún gol con el Atlético desde que concluyó la pasada campaña -precisamente su último tanto en contra fue frente al Barcelona el pasado 17 de mayo-. Desde entonces ha cerrado su portería. Primero contra el Granada, en la cita final del anterior curso, después en cuatro amistosos y ahora en dos jornadas de Liga.
Ni el Oviedo (0-2) ni el Shangai IPG (0-3) ni la Real Sociedad (2-0) ni el Betis (3-0), durante la pretemporada, ni Las Palmas (1-0), con una parada salvadoa para aguantar el triunfo, ni el Sevilla (0-3), con un puñado de buenas intervenciones, han logrado batir al guardameta internacional esloveno durante el nuevo curso.
En sus 23 partidos oficiales hasta ahora en la portería del Atlético, desde su fichaje -el traspaso más alto económicamente de la historia de un guardameta en la Liga española- en el verano de 2014 desde el Benfica, ha dejado su meta a cero en trece ocasiones desde su debut frente al Olympiacos el 16 de septiembre de 2014.
A su dubitativo estreno, con tres goles en contra en Grecia, y sus primeros partidos -contra el L’Hospitalet, con un 2-2 en el Vicente Calderón-, la continuidad y la confianza han elevado las prestaciones del cancerbero desde su reaparición en la Copa del Rey de la pasada campaña ante el Real Madrid y el Barcelona, al que paró un penalti, hasta su reafirmación absoluta en el once titular.
Había jugado apenas siete encuentros en sus primeros ocho meses en el club, hasta que una lesión muscular de Miguel Ángel Moyá, el portero titular hasta entonces, a los 20 minutos del duelo de vuelta de la Liga de Campeones frente al Bayer Leverkusen confirmó todas las cualidades que dirigieron a Oblak hasta el Atlético de Madrid.
Ya no soltó la titularidad desde aquel día, el 17 de marzo de 2015, con una intervención decisiva incluida en la tanda de penaltis, para encadenar los últimos quince encuentros desde el once sin interrupción, con paradas salvadoras, algunas memorables, que le han fortalecido como uno de los grandes porteros de la actualidad.
Y el sábado tiene una prueba potente, quizá la más exigente del fútbol europeo, contra tres atacantes que golean con una facilidad increíble: Messi, Luis Suárez y Neymar aportaron 122 goles al Barça el pasado ejercicio entre todas las competiciones, repartidos entre 58 del argentino, 25 del uruguayo y 39 del brasileño. EFE