¡VIVA México! ¡Viva el Club Universidad!, el “Pikolín” Palacios ya dio el grito, lo hizo de forma feroz. El portero auriazul festejó el liderato de los suyos, una bandera tricolor lo acompañó.
Alejandro posó para la lente de ESTO, lo hizo con gusto. El portero felino no pudo ver acción este fin de semana por una lesión muscular, sin embargo, ya está disponible para enfrentar a la Máquina. Cruz Azul está en su mente: “Estoy mejor, este fin no jugué, pero para Cruz Azul ya”, adelantó Palacios.
El famoso y querido “Piko” está convertido en un auténtico muro, pocos latigazos ha recibido el guardián de la cueva felina. Palacios junto a su zaga sólo han permitido nueve goles en el campeonato, los mismos que América y Tigres. El domingo, el “Pollo” Saldívar le echó una mano.
Palacios volvió vigoroso, luego de perderse el torneo anterior por una luxación en el hombro izquierdo.
Alejandro reapareció de forma felina. Su elasticidad, reflejos y valentía en el área lo catapultaron de nuevo como uno de los mejores elementos de la manada auriazul. El “Pikolín” ha mostrado sus dotes bajo los tres postes.
Todo iba bien, pero una repentina y dolorosa lesión muscular en el juego contra Santos en la jornada 7 lo obligó a abandonar el campo.
La molestia fue más grave de lo que se pensó. El periodo de recuperación se prolongó una fecha. Alejandro no pudo estar contra los temibles Tiburones.
La pausa en la liga por la fecha FIFA le cayó bien a Palacios. El “Piko” sólo se perdió un juego, el próximo sábado ya estará en la portería felina. El cancerbero se mostró con ánimo, sabe que su regreso está cerca.
Al salir del estacionamiento del Olímpico Universitario algunos integrantes de la Rebel aguardaron por él. Palacios apareció y de inmediato descendió de su automóvil, el menor de los “Pikolines” estampó su rúbrica en la manta tricolor, en lugar del águila surgió el puma auriazul.
Luego de firmar la bandera con los colores verde, blanco y rojo, además del Puma en el centro, posó para ESTO. Y es que lleva tatuados estos tonos, además de su piel dorada.
A unas cuantas horas de celebrar un año más de Independencia, el “Piko” ya gritó, ya rugió, lo hizo con furia.