MEXICANO por adopción, Matías Britos descubre su platillo favorito. Él mismo lo prepara en la cocina de su hogar, mientras recibe a ESTO. Se trata de un rico pozole que el uruguayo de nacimiento ha aprendido a darle su propio toque y sazón.
“La Noche Mexicana la celebraremos con exquisito pozole”, asegura el delantero de Pumas. “El primer año o mejor dicho el primer 15 de septiembre que la pasé aquí, en México, un vecino nos invitó a cenar y también nos enseñó un poco de las tradiciones mexicanas. Nos gustó mucho el pozole y esta vez no será la excepción”, descubre el futbolista, muy sonriente e identificado con las tradiciones de nuestro país.
Autor de un golazo en el triunfo de los felinos, 3-0 sobre Veracruz, el domingo pasado en el estadio Olímpico Universitario, Britos agrega a su mesa pozolera, las ricas tostaditas, cargadas de picante, además, ¿por qué no?, de un tequilita reposado.
El futbolista naturalizado, el artillero está feliz porque su primogénita, Paz, es mexicana de nacimiento. “Mi familia está muy arraigada a este país, le tenemos un sentimiento muy especial y estamos contentos”, pondera Matías, quien dice deberle mucho a Fernando Pavón, su representante, quien trajo al charrúa al balompié tricolor y éste ha aterrizado con los pies sobre la tierra.
Los cuales siempre ha sabido mantener. Prueba de ello es que luego de pasar malos momentos en Pumas, tras una lesión, hoy esa paciencia le ha premiado. Y no sólo aporta goles. Forma parte del motor ofensivo del líder auriazul.
“Es un orgullo representar a un club tan grande, como es Pumas, donde el equipo vive en armonía y todo eso se refleja en la cancha”, asegura, satisfecho porque suma seis anotaciones en ocho jornadas del Apertura 2015, cifra que resulta atractiva y que lo mantiene entre los aspirantes al título de goleo individual.
Por lo pronto, la de hoy será una noche inolvidable para Matías, como lo ha sido desde que aterrizó a nuestro país.