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15, septiembre 2015 - 15:56

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Cristiano Ronaldo, con dos goles de penalti y un tanto de cabeza, rentabilizó el tedio en el que se instaló el Real Madrid para doblegar por 4-0 al Shakhtar Donetsk, incapaz de superar un error garrafal de su portero Andriy Pyatov y otro del árbitro Ivan Bebek al pitar un penalti inexistente en la segunda diana madridista.

Los tantos del delantero portugués, que suma ocho esta semana en dos partidos, no fueron un reflejo de la realidad del choque. Y es que el conjunto ucraniano no se vio beneficiado por el fallo de Pyatov en la diana inicial de Benzema y por la pena máxima que pitó el árbitro por una mano ‘invisible’ de Darijo Srna.

Esos detalles marcaron el paso del Real Madrid en su primer partido en la Liga de Campeones 2015-16. No hubo apenas fútbol en una semana en la que la tranquilidad se instaló en el club después de los últimos dos encuentros de Liga que ganó (5-0 al Betis y 0-6 al Espanyol). Éstos fueron balsámicos para los hombres de Rafael Benítez, que, como casi siempre, viven rodeados de debates.

Con ambos marcadores se alejaron las noticias sobre la falta de goles, la “crisis” de Cristiano Ronaldo y su olfato anotador y el fallido fichaje de David de Gea. El que iba a ser moneda de cambio en la operación, Keylor Navas, acabó con sus actuaciones, dejando la portería a cero tres veces seguidas, con el recuerdo del meta del Manchester United.

Precisamente el costarricense era una de las pocas dudas de Benítez para elaborar el once titular. Al final, el técnico madrileño optó por alinear a Keylor y parece claro que el puesto es suyo en Europa y en la Liga. Kiko Casilla parece destinado a jugar solo la Copa del Rey, pero todo puede pasar en la idea de Benítez de rotar la plantilla cuando sea necesario.

De este modo, solo Raphael Varane fue novedad en la alineación del Real Madrid. Pepe descansó en el banquillo y con este guión, y ante un equipo teóricamente peligroso por la calidad de sus brasileños, el cuadro madridista saltó al terreno de juego con muy buenas intenciones pero con poca tensión.

La primera parte se resumió con dos únicas apariciones de Karim Benzema que dieron como resultado el único tanto de los primeros 45 minutos gracias al fallo del portero Andriy Pyatov, que no atrapó un centro de Isco Alarcón y el francés marcó a placer.

Ésa y una ocasión clara que provocó Cristiano con un pase en profundidad entre líneas y que mandó por encima del larguero Benzema tras regatear a Pyatov, fueron el par de apariciones blancas por el área del Shakhtar Donetsk.

El resto del acto inicial fue un auténtico tostón. No parecía un encuentro de Liga de Campeones. No había tensión en ninguna de las dos partes. Parecía un encuentro amistoso en el que solo Isco, con controles y regates imposibles, y el sorprendente buen trabajo de Cristiano entre líneas por el centro, dieron alguna alegría al público del Santiago Bernabéu.

El Shakhtar, que no disparó a puerta en ninguna ocasión, solo pudo marcar con una cesión de Varane que no controló Keylor Navas y que estuvo a punto de sorprender al portero del Real Madrid. Esa fue la única opción de los ucranianos, que solo inquietaron por la banda izquierda, con Azevedo, Taison y las caídas hacia ese lado de Teixeira.

El empuje de los tres brasileños no fue suficiente para el Shakhtar, que se marchó al vestuario con un tanto en contra ante un rival que jugaba al paso y que se quedó sin Gareth Bale por una lesión en el gemelo izquierdo.

No fue el único incidente con el que tuvo que capear Benítez, que en el descanso tuvo que sustituir a Varane y en la reanudación a Sergio Ramos, que se marchó dolido de un hombro tras golpearse en una caída. De esa lesión del defensa sevillano salió la expulsión de Taras Stepanenko, que vio en esa acción su segunda tarjeta amarilla.

En ese instante, se acabó un partido con el que terminó definitivamente el árbitro croata Ivan Bebek, que pitó un penalti inexistente de su compatriota Dario Srna tras interpretar que un claro balonazo en la espalda lo tocó con la mano.

La pena máxima la anotó Cristiano, que no falló diez minutos después en otro penalti, por otra mano de Azevedo. A base de errores ajenos, de decisiones del árbitro cuestionables y de decisiones infantiles de los jugadores del Shakhtar, el Real Madrid consiguió ponerse 3-0 por delante en el marcador sin ningún brillo.

Esa tercera diana llegó cuando quedaba media hora de juego, toda una eternidad para los hinchas del Bernabéu, que sufrieron un par de sensaciones desagradables: la primera noche de frío antes del final oficial del verano y el tedio de un encuentro que el Real Madrid ganó sin jugar, al paso y con errores ajenos que propiciaron una victoria engañosa. Cristiano se encargó de que fuera así con su cuarto y postrero gol.

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