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Mira

19, septiembre 2015 - 22:39

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FOTOS: JESÚS TÉLLEZ
ENVIADO ESPECIAL

SAN NICOLÁS DE LOS GARZA.- Una expulsión al filo del entretiempo dejó a Rayados con diez hombres, baja que pesó e inclinó la balanza a favor de Tigres, que en el complemento le sacó provecho a la ventaja numérica y ahí exhibió su mejor futbol para echarse a la bolsa los tres puntos, números insignificantes comparados con el orgullo y felicidad con que se marcharon de la edición número 105 del Clásico regiomontano.
El Clásico fue felino.
Con goles de Aquino, Gignac y Rivas, los de la UANL impusieron condiciones en su feudo, más allá de iniciar perdiendo y con un primer tiempo para el olvido, en donde el Rayado fue superior, al grado de irse al frente con un golazo de Funes Mori, pero la perdida de cabeza en Efraín Juárez abrió la vereda para que Tigres hiciera de las suyas.
Los del “Tuca” van en serio, atrás dejaron su crisis post-Libertadores y hoy están más enchufados que nunca en busca de la fiesta grande, más allá de que seis de ellos y el propio Ferretti tenga el pensamiento en el Tricolor y la cita de octubre.

EL JUEGO
Cómodo y hasta rey de la cancha, Monterrey fue amo y señor durante 45 minutos, en donde anotó un golazo por medio de Rogelio Funes Mori y hasta pudieron irse con otros dos en su cuenta.
Aún sin gota de lluvia, el primer tiempo lo supo jugar Antonio Mohamed, quien le hizo frente a una de las plantillas más caras y a un atiborrado Universitario que estaba en su contra.
Sin achicarse, mandó a Pabón y Funes Mori a concretar todo. Sin embargo, a los 22 minutos entretejieron una buena pared que el argentino mandó por un lado luego de un error defensivo. Rayados perdonó, pero no por mucho tiempo, pues instantes después llegó la joya de Rogelio, quien de volea apagó el “Volcán”.
La visita ganaba, y para colmo de Tigres, Rayados siguió con la presión y ahora fue Dorlan quien desaprovechó. Monterrey fue mejor y la superioridad la perdió en tan solo un minuto, pues antes de escuchar el final del primer tiempo, Efraín Juárez perdió la cabeza y barrió fuertemente a Torres Nilo, ganándose la roja directa y el envío a las regaderas.
Rayados ganaba en el marcador, pero en lo numérico ya perdía, por lo que solamente el complemento lo corroboró de esa manera.
Reiniciado el juego, la tormenta le cayó a Monterrey. Un torrencial aguacero hizo acto de presencia en el Clásico, agua que calmó la intensidad con que se jugaban las hostilidades dentro y fuera de la cancha.
Con un hombre de más, Tigres niveló con su media docena de Tricolores y con los extranjeros que marcan diferencia.
La voltereta era cuestión de segundos. Sóbis le filtró el balón a Damm, quien envió centro raso para que llegara Javier Aquino a cerrar la pinza del empate. Con la igualada, el “Turco” mandó a guardar el resultado y sacó a Pabón y metió a Meza.
Sin embargo, el cambio un surtió efecto, ya que Damián Álvarez mandó un nuevo servicio en donde Gignac firmó la remontada.
Tigres ganaba en el marcador y en la confianza, pero Funes Mori se rehusó a bajar los brazos, pues se quedó cerca de igualar con la cabeza, pero Nahuel le dijo que no.
Imposible de apreciar debido al diluvio, Pizarro centró y la “Palmera” empujó con la testa el 3-1 definitivo, que llenó de tranquilidad a Ferretti y de orgullo a toda la nación felina. Mientras que en el pecado llevaron la penitencia los hombres de Antonio Mohamed.

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