POR A. G. GONZÁLEZ

EL futbol mexicano se queda sin reflectores, solamente un encuentro se lleva todas las miradas.
América y Guadalajara chocan en una nueva edición del Clásico de Clásicos con dos técnicos inéditos en este tipo de enfrentamientos.
Tal vez con menos experiencia en este tipo de encuentros, Ignacio Ambriz parte como el favorito por el momento que vive su equipo. Aunque no se puede descartar a Matías Almeyda, el “Pelado” sabe lo que es jugar encuentros tradicionales, no solo porque con River Plate enfrentó a Boca Juniors, también en Italia con la Lazio y el Inter de Milán, si alguien sabe de duelos entre grandes, ese es el argentino.
Es por eso que hoy, ESTO analiza a ambos técnicos, las mentes que definirán, con sus decisiones, el rumbo de uno de los Clásicos que más pasiones levanta, el del futbol mexicano.

IGNACIO AMBRIZ
Ignacio Ambriz se convertirá, el próximo sábado, en el primer técnico mexicano en dirigir a América y Chivas (respectivamente) en clásicos en diferentes etapas. Cuando trabajó para el Rebaño Sagrado -en el Clausura 2012- salió derrotado por la mínima.
Las condiciones en las que llega el estratega de las Águilas a este compromiso son totalmente distintas a las de cualquier otro momento que se pudiera imaginar antes del arranque del torneo. Hoy es más favorito que su rival y eso no tiene que ver exclusivamente con los números que ostenta.
Lo que ha hecho el equipo de Ambriz en la cancha debe tener una mención especial que se basa en la continuidad de alineación, algo que las Chivas no pueden presumir desde hace mucho tiempo por diversos factores.
Pero hay más, incluso cuando los azulcrema han tenido bajas por lesión o por suspensión -como fue el caso de Rubens Sambueza y Darío Benedetto el sábado pasado ante Morelia-, los hombres que han entrado en su lugar no han desentonado con lo que juega este equipo, uno de los primeros lugares del Apertura y con una ofensiva tan explosiva que es capaz de resolver un partido en cinco minutos.
El equilibrio ha sido clave en este paso del América de Ambriz. Por supuesto que se basa en las proezas y verticalidad que hombres como el propio Sambueza y Andrés Andrade le pueden dar para generar las opciones de sus goleadores Benedetto y Oribe Peralta, pero sufre poca inestabilidad en los partidos y logra acomodarse ante lo que se presenta en la cancha en esos momentos. Favorito del minuto cero al agregado, tendrá que manifestar esa superioridad conforme a lo que planee en la semana.

MATÍAS ALMEYDA
Con unos cuantos días en el banquillo del Guadalajara, Matías Almeyda intentó jugar su primer partido en México con lo básico para enfrentar al Querétaro. Después, unos minutos de iniciado el duelo modificó el esquema de unas Chivas a las que todavía les hace falta más trabajo y que sufren en lo físico.
Los primeros 30 minutos del equipo rojiblanco bajo las órdenes del “Pelado” tuvieron intensidad, fueron verticales y generaron algunas opciones aunque solamente lograron concretar una. Pasaron de un 4-4-2 (formación fundamental) a un 4-3-3 para tratar de tener mayor exposición al ataque.
En términos generales fue un primer buen partido, pero basado en lo más esencial que existe. Luego, buscaba controlar el partido ante los queretanos con el ingreso de otro central, pero tuvo que abandonar esta idea debido a la expulsión de Marco Fabián, y entonces acumuló más gente en el mediocampo para tapar la salida del rival, que los echó para atrás.
Queda claro que el argentino sabe de Clásicos por todo lo que vivió en River Plate ante Boca Juniors. Ese no tendría que ser un problema para que logre transmitir todo lo que un entrenador busca aplicar sobre sus jugadores antes de un juego de tal envergadura.
Como técnico, Almeyda no le pudo ganar a los Xeneizes en los enfrentamientos que tuvieron tanto amistosos como alguno de liga. Como jugador quizá sea otra historia y podría apelar a eso y al orgullo que siempre existe en estos duelos para sacar lo mejor de un equipo que en lo estadístico y en lo que se ha visto en estas jornadas del Apertura 2015 ha estado muy por debajo de su acérrimo rival.