Con la tecnología de Google Traductor

Mira

26, septiembre 2015 - 19:09

┃ ESTO

CP3C2lkU8AAnMn0

Ni la ligera lluvia impidió que miles de aficionados tapizaran el Coloso de Santa Úrsula en una edición más del Clásico de Clásicos. De todas partes de la ciudad y hasta de la República mexicana le “cayeron” con paraguas e impermeables; por metro o autobuses, no importaron las formas, la única prioridad era no perderse el duelo y estar con sus colores.

Así que el chipichipi fue un mínimo obstáculo, nadie quería quedar fuera de la cita, por lo que desde temprana hora hicieron el ritual para enfundarse en sus colores preferidos; pasar a una iglesia y rezar por su equipo también fue parte del itinerario, pues las aficiones supieron que las cabelleras estaban en juego.

El América-Chivas comenzó desde temprana hora, siempre con los pronósticos reservados, por más que las Águilas vuelen alto y el Rebaño comience a dar resultados, pues en un duelo de esta magnitud todo puede pasar.

Los alrededores del Azteca se colmaron pronto, miles de efectivos de seguridad, puestos ambulantes, revendedores y un sinfín de seguidores le dieron contexto al duelo más esperado de la temporada regular. Las dos más grandes aficiones de México una vez más demostraron por qué es el Clásico de Clásicos, pese a que “otros” lo crean muerto.

La afición cumplió, llenó el coloso, no le importó el paso de ambos equipos y se dedicó a jugar su rol dentro del graderío. El Clásico -219- no está muerto, por lo que no hay que revivirlo, está más vivo que nunca, y para muestra, el vibrante 2-1 del Guadalajara sobre  América, en donde ambos cumplieron con goles y espectáculo.  (Luis García Olivo/ Fotos: Jorge Barrera y Óscar Ramírez)

Para ver como deshabilitar las notificaciones, da clic aquí