CORTESÍA DE JESÚS TEPEPA
FOTO: JUAN RAMOS

DE entre la inmensa jungla rockanrolera emerge otra fiera con garras sónicas… su andar ha sido de cuatro años hasta encontrar el manantial se su propio eco… se llama Vadrock; Miguel, quien funge como guitarra así como piano de la banda, llegó a ESTO, la casa del rock.
“Ha sido un proceso de creatividad hasta definir nuestro sonido, ya desde hace un año tenemos una real continuidad que ha culminado con la salida del disco”.
El álbum lleva el nombre de la banda que realmente se oye sutilmente poderosa.
“El sonido que pretendemos es de melodías bien estructuradas con un toque pesado ácido sin despegarnos del pop rock que es un género, lo importante son las letras con cotidianeidad, no baladas de amor que a eso se le dice por ahora”.
Cada grupo trata de ofrecer algo en el panorama rockero.
“Aportamos líricas que hablan del diario vivir porque nadie trata de estas cosas, en lo musical nos influyó mucho el grunge de los noventa, pero tenemos una manera propia de interpretar esas influencias”.
Ya tiene rato que en apariencia no surge una banda como estandarte generacional.
“Falta apertura de mercado que sigue siendo sectario porque bandas nuevas hay muchísimas, lo que sucede es que nos tenemos que autofinanciar, no hay -como en un tiempo- el apoyo de las disqueras, por eso debemos buscarle”.
Por fortuna el rock continúa fuerte aunque a veces parece debilitarse.
“Para resurgir como se debe es entrarle entre todos porque hay mucha soberbia en algunos, nadie quiere trabajar con nadie, se avientan mugre unos a otros y se tiene que estar unidos para lograr cosas positivas”.
La cascada rockera lleva mucha agua cristalina en todo género.
“Queremos que la gente se dé la oportunidad de escuchar bandas nuevas, que el rock deje de estar estigmatizado y también deje de ser clasista”.
Van abriendo un sendero, Vadrock navega por los caminos del diario vivir.