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Mira

2, octubre 2015 - 10:49

┃ Manuel Gómez

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Zapopan- Ganarle al América no significa “misión cumplida”. Matías Almeyda reconoce que conquistar el Clásico Nacional ha iluminado a Chivas, y lo mantiene enrachado, pero el siguiente paso es alcanzar plena regularidad hasta olvidar la zona de emergencia y corregir las aspiraciones hacia la conquista del título.
“Es cierto que llevarse el Clásico representa mucho, pero todavía no se ha conseguido el objetivo principal, que es alejarnos de la zona del porcentaje”, ataja el estratega argentino del Guadalajara. “Por eso hay que seguir trabajando, aunque nos ha afianzado en muchos aspectos como seguir creciendo”, predica.
De pie desde su arribo a la Perla de Occidente, el nuevo pastor del Rebaño Sagrado charla en exclusiva con el Diario de los Deportistas. Aún tiene presente la victoria sobre las Águilas, a pesar de que ha añadido un éxito más (contra Monterry) después de aquel encuentro celebrado en el estadio Azteca y está próximo al duelo contra Pumas en CU.
“Cada Clásico tiene sus condimentos”, valora Matías. “Aquí, en México, el partido América-Chivas o Chivas-América representa un fenómeno social muy grande, porque a todo mundo le despierta expectativas. El entorno que se vive previo al partido es fenomenal y todo eso en uno genera cosas especiales”, destaca.
“Había nervio, el normal, pero también ese deseo de jugarlo, de darse cuenta que el Clásico Nacional es lo máximo en este futbol mexicano y que se juega a tope”, comparte, emocionado tras la conquista de su primer clásico como entrenador.
“Ganar el Clásico ha representado mucha felicidad, sobre todo por los jugadores, por el público, porque siempre que se juega el Clásico y Chivas vence se transmite alegría a millones de personas, y además, porque a nosotros, además de los tres puntos, el orgullo está intacto, crece más la motivación y el grupo adquiere más confianza”, resalta el pampero.
“Por momentos intenté estar tranquilo”, comparte su experiencia. “Disfrutándolo, aunque por momentos, con cierto sufrimiento y al final ganar el estado anímico del equipo ha sido enorme”, detalla Almeyda, quien rechaza la idea de portar alguna varita mágica, después de haber sacado a las Chivas de una inercia adversa.
“En la vida, sin corazón y entrega, no se logran pocas cosas”, filosofa relajado. “Este grupo de jugadores en cada partido se está entregando con todo. El Clásico representa mucho y cada uno jugó consciente de ese valor que tiene ese partido. Además, el equipo juega con el alma, respeta a sus millones de seguidores, porque los jugadores corren por igual, y además, fue un partido atípico, porque nos quedamos 55 minutos con un jugador menos y quienes se quedaron en la cancha dieron el ‘plus’ que requiere un partido así”.
El triunfo mata todos los males, pero Almeyda, explica que aún “nos faltan cosas por trabajar y mejorar”. Sin embargo, “por lo que hicieron los jugadores, los he felicitado, porque esos juegos marcan historia, porque durante mucho tiempo se recuerdan y les dije que estoy orgulloso de ellos por todo lo que hicieron”.
Hoy está contento, mas futbolísticamente falta que sus jugadores “aprendan muchas cosas, como también yo, y quien no tiene el poder de asombro y aprendizaje se encamina más y cree que sabe todo, mientras que nosotros queremos crecer juntos”.

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