POR FERNANDO SCHWARTZ

NOVENTA mil boletos están agotados en el Rose Bowl de Pasadena para el duelo entre México y los Estados Unidos de este próximo sábado. Las autoridades californianas han exhortado ya a quienes asistirán a hacerlo temprano y en forma ordenada. El estadio de Rose Bowl está ubicado prácticamente en un terreno circundado por montanas y sus accesos para llegar a estacionamientos son pequeños y limitados, al estar prácticamente en el subterráneo de esta bella ciudad de Pasadena.
Ambos equipos harán largos recorridos al estadio. La Selección de Estados Unidos ha determinado poner su campamento base en Newport Beach, mientras que México, que viajará el jueves, lo hará en Marina del Rey, siendo los traslados al estadio con todo y patrullas de alrededor de unos 40 minutos. Por esto mismo “Tuca” Ferretti determinó entrenar en México hasta el jueves y así sólo el viernes algo ligero y listos para el compromiso.
Los estacionamientos serán abiertos desde las dos de la tarde, con bastante anticipación para el juego pactado a las 6:30 locales 8:30 tiempo del centro de México por la noche. Negocio redondo hasta en esto. Un auto con cuatro ocupantes pagará 25 dólares, 40 los que vengan con tres o menos, 100 limosinas y 150 autobuses y estacionamiento reservado. A esto súmele la venta de la comida, refresco y cerveza. Es un negocio mayúsculo para la Concacaf. A las dos de la tarde habrá el Concacaf Fan Fest para que la gente se entretenga mientras llega la entrada al estadio.
Los boletos los venden preguntando si es para porrista de México o EU, buscando separar. El costo de los boletos es altísimo: 300 dólares el más caro, 49.50 el más barato, 130 el intermedio. Negocio redondo y mucho en juego.