PASADENA, California.- El Clásico tuvo de todo. Dramatismo, errores de definición y horrores en cuanto a decisiones arbitrales, en fin todo lo que envuelve un encuentro de este tipo.
Fue Joel Aguilar el que por momentos se llevó los reflectores. Errores del tamaño del mundo fueron los que marcaron su encuentro.
Desde un inicio los golpes a Javier Hernández, la mano dentro del área de DaMarcus Beasley y el conato de bronca forjaron la mala tarea del salvadoreño, quien supuestamente es el mejor juez del área.
En el segundo tiempo las cosas empeoraron. Matt Besler metió otra mano en la zona final, el claro golpe al “Chicharito” de Jones, además del manotazo que Peralta recibió en el rostro redondearon una noche para el olvido del centroamericano.
En los goles no tuvo nada que ver, incluso sus decisiones fueron acertadas, aunque calificó muchas faltas con distinto criterio, un desastre en cuanto a reglamento.
Al final, fue gracias a la convicción del equipo mexicano que el silbante pasó a segundo plano, el resultado fue justo por lo que sucedió en el marcador.