PASADENA, Calif.- ¡Vaya día! Vaya día el que vivieron ayer los estadounidenses, esa sociedad que apenas comienza a adoptar al futbol como uno de los deportes favoritos y con multitudinario apoyo.
Ayer era día en el que se buscaban dos objetivos, por un lado, los menores, la Sub-23 que enfrentó a su similar de Honduras en la semifinal del Preolímpico para obtener un pase directo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016; sin embargo, los catrachos se encargaron de mostrarles su lugar en el balompié al quitarles esa esperanza y vencerlos 2-0 para enviarlos a un juego en que tratarán de ganarse el derecho al repechaje ante Colombia. Los juveniles no pudieron y dieron por la tarde un trago amargo a toda esa afición que por la noche se dio cita en el Estadio Rose Bowl para ver a los mayores arrebatarles la ilusión de Confederaciones a los mexicanos.
Llegó la noche, México y Estados Unidos, una vez más la edición del clásico de Concacaf, el orgullo, la pasión, el poderío del futbol estaban en juego y sumado a eso, la oportunidad de disputar la Copa Confederaciones Rusia 2017. Fue complicado, incluso por momentos parecía que ellos se llevarían lo que los tricolores dominan; el balompié. Pero no, no fue así y después de cuatro años, desde el 2011, los aztecas sobrepasaron a los de las barras y las estrellas con un dramático 3-2 para terminar de cerrar el día negro de los norteamericanos que no pudieron alcanzar ninguno de los dos objetivos.