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13, octubre 2015 - 23:56

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mexico sub 22

SANDY, Utah.- Hay de invictos a invictos y el de México en el Preolímpico de la Concacaf fue uno de esos casi perfectos, luego de conseguir el campeonato de la zona tras haber ganado todos los partidos que disputó y solamente recibir un gol. Torneo redondo para el Tricolor y su técnico Raúl Gutiérrez, quien ahora preparará los Olímpicos.

Los mexicanos se lo tomaron en serio ante un rival que fue el único que le había marcado gol en este torneo y fieles a la costumbre comenzaron en busca del balón para después controlar el partido e ir en busca del arco rival. Sin embargo, el duelo se cerró por las precauciones de los hondureños, quienes querían dar la sorpresa.

Partido un poco cansado, con bastante tránsito en el medio campo y algunas entradas fuertes de parte de ambos equipos, que buscaban hacerse del balón con mejores resultados para los mexicanos en este sentido.

Sobre todo hacia el final de la primera mitad, cuando ya comenzaban a encimarse a la portería hondureña, que en un par de ocasiones había sido bien defendida por Harold Fonseca. Antes, en los primeros cinco minutos, habían sido los catrachos quienes habían tenido un par, pero no fueron contundentes y ahí se les escapaba la posibilidad.

Hay que recordar la frustración de los hondureños en el partido que estos dos disputaron en la fase de grupos y que ahora trataban de sacar, aunque el juego se les complicaba a los 41 minutos, cuando entre Marco Bueno y Érick Torres armaron una jugada de la nada que al final se convirtió en un autogol de Bryan Acosta.

Antes de la anotación, el mismo “Cubo” había fallado un cabezazo y otro remate por el centro del área, que parecían opción para México, que a pesar de los buenos resultados ha sufrido por la falta de contundencia en ciertos momentos de los partidos.

Los catrachos se enfurecieron al minuto 49 cuando Bryan Acosta entraba al área mexicana e Hirving Lozano parecía recargarle a la espalda. Sin embargo, el silbante no marcó falta, lo que originó el reclamo desde la banca del cuadro hondureño, que trataba de acercarse a la meta de Lajud en busca del empate.

Por ahí un susto con un remate al poste de los hondureños que al no poder acercarse en el marcador, comenzaron a sacar la frustración con patadas y golpes como el que recibió Lozano en el rostro. Así se fueron los últimos minutos de un partido que fue todo para México, que se convertía en campeón del preolímpico de manera perfecta.

El festejo vino después del silbatazo final. Los jugadores que habían estado concentrados en el partido volvieron a ser niños. Agarraron a su técnico para que no pudiera eludir el baño con agua helada que igual hizo brincar a Gutiérrez. Todos felices y satisfechos por lo realizado en este torneo, la clasificación a los Juegos Olímpicos y el bicampeonato de la zona.