Loco, espectacular, extrovertido, espontáneo, portero, delantero. Esas son sólo unas palabras que describen a un jugador de fútbol que dejó huella en el fútbol nacional e internacional.

De una estatura no muy prominente, pero con lances espectaculares y uniformes de todos colores, Jorge Campos conquistó al universo del fútbol. No sólo atajaba los disparos de Hristo Stoitchkov en el Mundial de Estados Unidos 94 o de Michael Tarnat en Francia 98, sino que, en la liga local, anotó en diversas ocasiones goles de gran calidad.

La Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol, en 1993, lo nombró como el tercer mejor portero de todo el planeta a pesar de su 1.70 de estatura.

Esto y más habla de un ídolo, de una leyenda, de alguien que dejó huella en el que dice ser el deporte más hermoso del mundo. Un arquero-delantero que nació en Acapulco, un lugar de fiesta, el 15 de octubre de 1966.

¡Felicidades, Brody!