CORTESÍA DE JESÚS TEPEPA
FOTOS: CORTESÍA OSWALDO FIGUEROA

CON el cántico de las olas de ese mar el arco iris melancólico elevó sus versos al infinito… era un fado lánguidamente interpretado… aquella voz proveniente del alma de Teresa Salgueiro hacía recordar la antigua Lisboa, Portugal.
Hoy la señora fadista se convierte en cantora de lo latinoamericano a la vez que mexicano para obsequiar el disco “La golondrina y el horizonte”, para presentarlo el 20 de este mes vía Lunario.
“Vengo de la ciudad del fado, aunque a través de mi carrera he incursionado en otros géneros, la nostalgia de ese canto quizá se ha trasladado a las canciones de este disco, he elegido en forma personal los temas de diversos autores buscando estilos y transmitir amor”.
Algunas de esas obras son: Canción Mixteca, Fina estampa, María Bonita, Gracias a la vida, Paloma Negra, o bien Dulce Xocolonté.
“Se han hecho los arreglos tratando de respetar al máximo lo original agregando mi propia sensibilidad, no pretendo volverme mexicana, pero esa nostalgia mía está presente en Golondrina, que es símbolo de libertad, partida y regreso, también es un símbolo de Portugal”.
Por antonomasia la canción mexicana tiene renombre por ser en ocasiones verdadera tragedia.
“Admiro esas canciones, su forma de expresar lo más profundo en forma muy directa o bien reírse de sí mismo como ‘Fallaste corazón’ de Cuco Sánchez, son verdaderos poemas”.
En este álbum la señora Salgueiro se aleja completamente de su ruta para incursionar en otros caminos y quizá ver de frente un reto.
“La idea es no alterar y sí crear atmósferas en nuestra sensibilidad portuguesa, ha sido un gran desafío pero me da gusto acercarme a este lenguaje sin imitar como lo puede hacer un mexicano, la música es el arte de la libertad, no se puede tocar aunque se siente porque despierta grandes emociones”.