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16, octubre 2015 - 23:48

┃ Luis García Olivo

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POR LUIS GARCÍA OLIVO/@LGO2184
FOTOS: JORGE BARRERA/@estobarrera
ENVIADOS ESPECIALES

TIJUANA.- El receso de la fecha FIFA le hizo los “mandados” al América, continuó con su andar de la última victoria frente a los Jaguares y voló en la frontera para contabilizar el quinto triunfo fuera del nido, por lo que no existió garita o migración que detuviera un nuevo aleteo en busca de Liguilla.
Par de picotazos y una gran noche de Moi Muñoz pusieron a dormir a las Águilas dentro de los primeros tres lugares de la clasificación, así que la Liguilla se les dará en par de jornadas si continúan con este juego práctico, fácil y contundente, pues las pocas que tuvieron las tradujeron en gol.
Bella “diana” de Arroyo y un remate del “Cepillo” le dieron forma a un triunfo amarillo que con los tres puntos llegan a 24 unidades, cifra-media dentro de los invitados a la fiesta grande, por lo que habrá tiempo para que se recupere el “Pipa” ya que anoche salió lesionado.
Tijuana por su parte, está más cerca de un nuevo fracaso que de Liguilla, jugó miedoso, con mucho respeto y sin una clara idea de intimidar al rival, por lo que Romano tendría sus días contados, ya que el repudio de la gente y la poca paciencia de la directiva es insostenible.
EL VUELO
América lo hizo ver “sencillito” frente a uno de sus ex entrenadores como lo fue el caso de Romano, por lo que un Caliente tapizado en color rojo y aliado de la cancha sintética no intimidó al equipo capitalino.
La propuesta de Ambriz fue clara: Ir por la quinta victoria en terreno ajeno, por lo que puso a Osvaldo y “Chepe” amarrados en la contención; “Rifle” y Arroyo como “sube y baja” por las bandas; y a Oribe y Benedetto como las únicas puntas, más allá de dejar en la banca a Sambueza y Quintero.
Tan seguro del pleanteamiento, el marcador le sonrió a temprana hora al equipo de Coapa, pues Michael y “Pipa” arrancaron con las primeras amenazas, más allá de Dayro alzó la mano por los suyos.
Al minuto quince, la advertencia de “Micky” Arroyo se convirtió en realidad y desde fuera del área prendió una pelota que se tradujo en un poema de gol. Locura en el banquillo plumifero y rabia del lado canino, pues Romano fue repudiado por su juego “amarrado” al poner como única punta a Dayro Moreno.
América ganaba y para su mala fortuna vio cómo Darío Benedetto se lesionó con tirón, por lo que Darwin entró al quite. En busca de recomponer, Xolos se animó ir con más fuerza pasados los veinticinco minutos, tiempo en el que Madueña sacó riflazo que Moi contuvo y en el contrarremate, Moreno intentó madrugar, pero el ladrido no llegó.
Sin conformarse por la ventaja, Oribe siguió con el acoso y ahora más que contaba con su pareja de años -Quintero-, quien a casi diez minutos de su entrada dio el último pase en una jugada colectiva iniciada por Paúl Aguilar para que el “Cepillo” pusiera el 0-2 en una cálida noche.
Con desconsuelo y rabía, Romano buscó rescatar el partido. Sabía que había pecado con solo haber puesto a Dayro en busca del gol, por lo que mandó a la cancha a Gabriel Hauche, por más que descuidara la parte baja con la salida de Michael Orozco, zona que por poco aprovechó Darwin en busca del tercero antes del entretiempo, pero Vilar le dijo que no.
Reactivado el encuentro, Romano fue en busca del empate sí o sí. A la cancha: Henry Martín para acortar distancias, pero América acordonó cada una de las zonas, le dio la mejor de las lecturas a la estrategia fronteriza y esperó a la perfeción en cada una de las zonas.
Fraguado el 0-2, América se dio el lujo de esperar al rival, atacar mediante el contragolpe, pisar y caminar por la cancha tranquilamente, mientras que apurado el Xolo, Dayro nuevamente se quedó a nada de perforar, pero la figura de Moisés Muñoz, quien ya era referente nuevamente le negó el grito de gol en otro par de ocasiones.
En busca de recuperar piernas, Sambueza ingresó al mediocampo, se situó por la banda izquierda y junto al “Rifle”, Oribe y Darwin entretejió vistosas jugadas, por más que Xolos tuviera tres-cuartos de equipo en la cancha americanista.
Las Águilas volaban en la frontera, lo hacían sin peligro alguno, sin que el Xolo mostrara su lado más rabioso, más allá de reactivar partes de su esquema, por lo que únicamente el silbatazo final decretó un nuevo vuelo del Águila en busca de una cerca Liguilla.

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