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25, octubre 2015 - 22:30

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POR HORACIO SOTO CASTRO
FOTOS: ALEJANDRO VILLA

JOSELITO Adame puso en éxtasis a los 27 mil espectadores que atiborraron la plaza México, que se convirtió en un auténtico manicomio, mientras él se colgaba de los cuernos de la luna confirmando su categoría de primera figura del toreo del país, luego de sendas faenas que le redituaron tres orejas y salida a hombros por la Puerta del Encierro del magno escenario taurino, al ponerse en marcha la temporada grande 2015-2016 y festejar desde ya los 70 años de la existencia del inmueble.
Pero lo dicho anteriormente no encierra de ninguna forma la excelsa actuación que tuvo el diestro de Aguascalientes y siendo asistente a la primera corrida de la temporada puede uno valorar en toda la extensión de la palabra lo que realizó Joselito, que en verdad está que no cree en nadie.
Adame está hecho un torero con gran sitio, mucho oficio y con un amplio repertorio en su tauromaquia, pero además con gran determinación y realizando lances y suertes con naturalidad, arte y temple.
Joselito fue el amo y señor de la corrida y se apoderó de todos los calificativos habidos y por haber ponderando su magistral forma de hacer el toreo. Nunca se le vieron alardes de lo que en realidad es. Sencillo en su caminar, pero pisando con firmeza y seguridad y fraguó dos obras de arte del más puro oro para seguir labrando coronas de gran señor del toreo.
Realizó dos faenas de distinto corte, pero las dos bañadas de valor y frente a astados de distinto desempeño. Su primero, de nombre Grabado en el alma, de Julián Hamdan, al que le cortó una oreja, y el segundo, de Xajay, de nombre Javito, al que le cortó las dos orejas con fuerte petición de rabo que no se concede, y esos dos toros fueron premiados con arrastre lento.
A su primero, que fue muy emotivo, lo toreó soberbiamente a la verónica con temple, cargando la suerte y con remate de gran vistosidad que pudo ser una réplica a las verónicas que realizó Manzanares. El de Aguas quitó por chicuelinas muy ajustadas y bajando mucho la mano como lo hacía el desaparecido Manzanares. Brindó la muerte de ese toro al público, que le agradeció con fortísima ovación. Faena variada intercalando pases de trinchera, molinetes el desdén, en fin, de todos colores, y desde ahí se dejaron escuchar los gritos de: ¡Torero… torero…! El toro fue noble, con calidad y aprovechó esas condiciones para bordar el toreo dejando una esencia penetrante del buen torear. Señaló un pinchazo antes de los tres cuartos de acero apenas desprendida y luego de que el puntillero lo levantó. Petición de oreja que se concede. Lento al toro.
Con el que cerró plaza vino lo grande de la corrida en que la gente no quería abandonar la plaza para terminar de saborear esa obra. Verónica a pies firmes despatarrado y en quites sumó hasta cinco “Zapopinas”, previamente ante escena muy torero al lanzar la montera al toro para que acudiera al envite. La concurrencia no quedó extasiada por ese vibrante momento y de pie lo ovacionaron. A ese astado lo lidió por ambos lados con ese don del temple que tiene muy variado en pases en redondo. En uno de ellos le combinó con el molinete y remató con un pase de pecho rodillas en tierra y nuevamente los decibeles en los coros fueron muy altos. Joselito se abandonó en su toreo, seguramente pensando en el triunfo, y terminó con manoletinas. Fijó al toro para matarlo, y como toda una figura del toreo y seguro de lo que estaba haciendo, se jugó el todo por el todo y mató recibiendo y nuevamente estalló el público de felicidad y lanzando los gritos consagratorios de ¡Torero… torero…! Las dos orejas y lento al toro. Fuerte petición de rabo que acertadamente no concedió el juez.

LA PRIMERA OREJA
El público recibió calurosa y cariñosamente al matador José Mari Manzanares, quien reaparecía en el coso capitalino después de tres años y cortó la primera oreja de la temporada al toro Imborrables momentos de Hamdan, haciendo en su presentación un paquete de cinco verónicas como acariciándolo, templando y cargando la suerte. El mérito del alicantino fue que le robó los muletazos a ese toro que tuvo muchas complicaciones y el peligro rondó en esos momentos. No hubo ligazón, pero los muletazos que sacaba eran de calidad y hondura. El toro siempre rebrincando, colándose en busca del torero y tirando el derrote. Nunca logró redondear su labor que fue una pieza muy torera. Dejó un estoconazo para esa oreja.
Su segundo, que caminó más que el anterior, fue deslucido, falto de alegría, y le dio muchos pases con algunos muy buenos. Alargó el trasteo y escuchó un aviso antes de entrar a matar y luego ejecutó un feo metisaca y la gente se le volteó y lo abuchearon fuertemente.

“ZOTOLUCO”
Eulalio López “Zotoluco” pechó con lo malo del encierro, que no le dio opciones para el triunfo. Uno fue de Hamdan y el otro de Xajay. Imposible sacar agua de una piedra que prácticamente fue ese toro y su segundo se vino a menos, sin embargo, Eulalio siempre estuvo tesonero, machacón y también logró robarle muletazos de buen trazo y temple.
Los toros que se lidiaron de Julián Hamdan y de Xajay estuvieron excelentemente presentados y todos acudieron a los caballos y unos recargaron más que otros, pero dieron un juego desigual, sobresaliendo los corridos en tercero y sexto lugares, que merecieron arrastre lento, que fueron uno de cada ganadería que le tocaron a Adame.
Gran ambiente en la plaza que registró una magnífica entrada que calculamos en unos 27 mil espectadores. Se solicitó un minuto de aplausos a la memoria del matador Humberto Moro, fallecido en la semana. Los tres diestros fueron sacados al tercio y los ovacionaron fuerte. Después Joselito Adame fue premiado por su actuación de hace dos temporadas.

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