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28, octubre 2015 - 21:36

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ES innegable que el novillero tlaxcalteca Gerardo Rivera es actualmente uno de los espadas mexicanos con más proyección en España; los últimos años ha realizado una brillante campaña que ha rematado este ciclo en lo extraordinario. Mientras que en México apenas ha toreado ochos festejos debido a que su preparación se ha enfocado en los ruedos peninsulares, el próximo siete de noviembre ya se alista para torear su primera encerrona, la cual será en la plaza Jorge “Ranchero” Aguilar, de su natal Tlaxcala. Sin duda es un festejo natural por lo que representa ahora mismo Gerardo en su ciudad y en México, ideal para dejar constatado el porqué es un torero que representa un importante futuro.

En ruedos nacionales ha toreado en Guadalajara, en la Plaza México y seis tardes más en diferentes cosos de esta provincia. Considera que en 2016 estará toreando como novillero, tanto en España como en México, mientras se piensa en una alternativa.

Gusta del toreo de Julián López. Gerardo se dice un torero clásico, de raza, de profundidad y mando; amén de que es un enamorado del toro bravo, del más bravo.

Deja claro estar orgulloso de ser tlaxcalteca, así como agradecer a Sergio Hernández Weber su invaluable apoyo para su desarrollo como profesional, ya que además es quien le apodera.

 

ESPAÑA: DURA PERO GRATIFICANTE

“España ha sido un paso muy importante, las dos tardes en Madrid me han repercutido mucho, estoy muy contento por eso. En la provincia no ha sido menos, estar en el circuito de las novilladas duras deja bastante aprendizaje; sabe muy bien el triunfo pero ha sido complicado”, indicó el novillero de piel morena, quien a pesar de llevar cuatro años en la iberia mantiene su acento mexicano.

Gerardo nos menciona que este año toreó 18 novilladas en España, de las cuales, la mitad salió a hombros.

-¿Cómo se consigue ese paso en España?

“Es difícil, pero la clave es ir con una mentalidad de triunfador, así todo funciona. España es dura pero gratificante, pues si estás bien te repiten en más novilladas”.

Y todo lo conseguido de igual forma es gracias a su estancia en las ganaderías, “los ganaderos me han dado mucho auge, lo cual me tiene muy feliz”, subrayó Rivera, quien a sus 20 años y con todo un historial importante se nota un joven centrado y con los pies en la tierra.

-¿Es difícil manejar la presión ante un público extranjero?

“Algo que me tiene contento es que todas las tardes son iguales para mí, así las tomo. Cada tarde es un gran reto, las tomo con la mayor de las responsabilidades”.

-¿Por qué fuiste torero, si en tu casa no hay antecedentes taurinos?

“Desde muy pequeño me llamaron mucho la atención los animales. Cuando mi padre me llevó a una corrida de toros me llamó mucho la atención cómo la gente trataba a los toreros, de ahí inició mi afición”, comentó el novillero, quien toreó su primera becerra a los 12 años.

-De los 12 años a la fecha, ¿cómo consideras que te ha cambiado la vida?

“El cambio ha sido muy grande, antes sólo juegas al toro, ahora se cuenta con un apoderado y exige resultados, como debe de ser. La preparación ha sido dura desde el primer día en que llegué a España”, apuntó el tlaxcalteca, quien añade que el nivel de competencia de España no se compara con el de México.

“Me refiero al nivel entre los mismos novilleros que hay allá, esto, de acuerdo con el mayor número de festejos menores y que reflejan una superior competencia entre los toreros para poder estar anunciados en más festejos”, subrayó.

-¿Te suena cerca la alternativa?

“Para ser matador hay que estar en un sitio superior, la pelea está muy difícil ahora mismo; cuando me sienta seguro del todo no lo pensaré”.

 

CON ESPECIAL DEDICACIÓN

-¿Qué nos puedes comentar de la encerrona que te espera en Tlaxcala?

“Será una tarde muy bonita, me llena de felicidad, pues es un reto. Estos cuatro años que he estado en España han tenido su recompensa”.

-Son tardes para estar pleno, ¿estás de acuerdo?

“Cada tarde salgo a darlo todo, no me gusta quedarme con nada y esa tarde no será la excepción. Será como la última tarde de mi vida”.

Gerardo dejó los estudios para irse a España, considerando que la carrera de matador podrá llenarle mejor; aunque sabe que ganar el título de figura es más duro.

“Apenas he abierto una puerta, no soy nada. Apenas me estoy haciendo un huequito y lo disfruto mucho”, aseguró.

Esta encerrona Gerardo la dedica a su hermanita, quien creyó en él desde muy pequeña, “pero se adelantó en esta vida. A ella le dedico esta encerrona y me daría mucho gusto ver una plaza llena, verán a un torero con determinación”, concluyó.

 

 

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