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17, noviembre 2015 - 17:54

┃ ESTO

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POR A. G. GONZÁLEZ/@Abraham_GG
FOTOS: JORGE BARRERA/@Estobarrera
ENVIADOS ESPECIALES

SAN PEDRO SULA, Honduras.- No se necesita que el sol caiga a plomo para sentir que un partido como el Honduras-México sube la temperatura hasta al más tranquilo de los aficionados catrachos. Este miércoles, el astro no fue factor porque el intenso calor que acompañó la mañana se apagó justo minutos antes de que iniciara el juego. Aún así, el ambiente estuvo caliente.
Fuera del estadio Olímpico todavía se lanzaban algunas sonrisas sobre los pocos mexicanos -más prensa que otra cosa- que andaban por el lugar. Alguna broma respecto al marcador y vámonos, no pasaba a mayores. Pero cuando la afición catracha pasa las puertas del inmueble y se dirige a la tribuna se transforma.
Desde lo gritos “normales” en este tipo de juegos, que pasan por los recordatorios familiares a tipos como Alberto García Aspe, quien trabaja para una cadena de televisión y fue recibido a mentadas, hasta el maltrato al himno nacional mexicano. Con los jugadores en formación FIFA, el sonido local solicitó un respeto que nunca llegó.
Abucheos y demás sonidos hicieron poco perceptible la pista, que incluso fue cortada cuando se había ido de largo. Había algunos que intentaban apaciguar las cosas, pero eran muy pocos y la mayoría, envueltos en la euforia que les provoca estos juegos, no respetaron.
En la cancha, las entradas y las palabras entre jugadores de uno y otro bando que no pueden faltar. El público hacia su papel y peleaba por todas y cada una de las jugadas dudosas. Estaban en su partido.
El momento de mayor tensión no fue, lamentablemente, cosa de la rivalidad sino de una tragedia en el campo. En una entrada sobre Javier Aquino, el mexicano cayó sobre Luis Garrido quien sufrió una terrible lesión en la rodilla derecha. La conmoción fue tal que los cuerpos médicos de ambos equipos se unieron en la atención y el hondureño fue trasladado a un hospital.
En esta ocasión el Olímpico de San Pedro Sula no escupió gente en sus tribunas, no se llenó como en otros años. Tampoco estuvo bajo el intenso calor de otros tiempos a la hora del juego, pero de que estuvo caliente, estuvo caliente por aquello de que esta es una de las rivalidades más enconadas de la región.