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19, noviembre 2015 - 12:33

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Madrid.- Javier Mascherano y Álvaro Arbeloa, antaño compañeros en el Liverpool y ahora enemigos íntimos, son parte del mejor recuerdo del técnico Rafael Benítez, que afrontará su primer clásico en las filas del Real Madrid con la presencia de dos jugadores, uno en cada bando, que estuvieron en su proyecto más recordado hasta la fecha.

Los años de Benítez en el Liverpool (2004-2010) marcaron un antes y un después en la carrera del entrenador del Real Madrid. En el club inglés gobernó con éxito un proyecto en el que consiguió cuatro títulos, más que en ninguno de los otros clubes que ha dirigido desde que en 1993 comenzara su carrera en los banquillos.

Una Liga de Campeones, un subcampeonato de la misma competición, una Copa y una Supercopa de Inglaterra y una Supercopa de Europa, llenaron las vitrinas de un hombre que busca recuperar en el Real Madrid esa época dorada que vivió Liverpool, una ciudad en la que dejó una huella tremenda.

En Anfield nadie olvida las lágrimas que salieron de sus ojos el 15 de abril de 2011, cuando un año después de abandonar el banquillo del Liverpool lloró durante un homenaje a las 96 víctimas de la tragedia de Hillsborough ante casi 45.000 espectadores que ovacionaron al que ya no era su entrenador.

Pero ese camino hacia el éxito con su correspondiente reconocimiento generalizado, no lo vivió solo. A lo largo de los años que estuvo en Inglaterra, estuvo acompañado de jugadores que colaboraron activamente en forjar sus mayores logros. Y, de todos, solo dos acompañarán a Benítez en el que será su primer encuentro ante el Barcelona al frente del Real Madrid.

Son los ya citados Arbeloa y Mascherano, un par de futbolistas que vivieron historias casi paralelas en el Liverpool y que casi con la misma edad llegan a la cita con diferentes sensaciones. Mientras que el primero se encuentra prácticamente de “retirada” en el Real Madrid y es un actor secundario para su entrenador, el segundo sigue siendo una pieza importante en el Barcelona.

Mientras ambos estuvieron en el Liverpool, tanto uno como otro fueron piezas básicas del engranaje del conjunto inglés, que captó a los dos futbolistas en el mercado de invierno de la temporada 2006/2007. Arbeloa llegó procedente del Deportivo y debutó un 10 de febrero de 2007 ante el Newcastle y Mascherano aterrizó en Anfield desde el West Ham para jugar su primer partido el 24 del mismo mes ante el Sheffield United.

Aquella temporada alcanzaron la final de la Liga de Campeones que ganó el Milán 2-1 para vengarse del Liverpool dos años después de perder la competición en un partido marcada por la histórica remontada de los hombres de Rafael Benítez. Y, aunque Arbeloa y Mascherano no ganaron la competición, tuvieron sus momentos de gloria.

El actual jugador del Real Madrid la alcanzó en los octavos de final, cuando secó a Lionel Messi en el partido de vuelta. En el que fue el último encuentro de Benítez ante el Barcelona, el lateral blanco se encargó de dejar sin ideas al argentino en un marcaje que le llevó a la fama y, también a los cuartos de final. Después de perder 0-1 en la ida, el Liverpool ganó 1-2 y pasó de ronda. Arbeloa tuvo mucha culpa de ese éxito.

Mascherano, mientras, fue una pieza clave en los cuartos (PSV Eindhoven), en las semifinales (Chelsea) y fue titular en la final que perdió en Liverpool con Arbeloa en el banquillo. El salmantino sólo jugó dos minutos del partido ante el Milán y acabó derrotado sobre el campo junto a su entonces compañero.

Después de perder esa final, coincidieron en Inglaterra un par de temporadas más. Al final de la 2008/09, Arbeloa, tras rozar el título de la Premier League que se le escapa al Liverpool desde 1990, hizo las maletas y se fue al Real Madrid. Un año después, Mascherano también se marchó a España, al Barcelona, donde se convirtió en un rival para su compañero.

Benítez, en parte, fue el culpable del salto que dieron sus dos jugadores. Él lanzó a ambos hacia los mejores clubes del mundo, y, desde que se fueron del Liverpool, nunca coincidió con Arbeloa y Mascherano en un terreno de juego. El sábado, en el Bernabéu, tendrá la oportunidad de recordar viejos y gloriosos tiempos con ambos.

Probablemente, Arbeloa estará en el banquillo porque ya ha dejado de tener peso en las alineaciones del Real Madrid. Enfrente, Mascherano tendrá muchas posibilidades de jugar. El “jefecito” sigue siendo eso, un jefe que aún manda y que intentará pasar por encima del equipo de Benítez, un entrenador que le llevó hasta lo más alto y al que intentará vencer en un encuentro en el que se juntarán compañeros y enemigos íntimos. EFE