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22, noviembre 2015 - 22:20

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POR HORACIO SOTO CASTRO
FOTOS: ALEJANDRO VILLA

COMO dicen en el box, se levantó de la lona para triunfar, y efectivamente, el matador Diego Silveti después de recibir tremenda paliza y estar todo magullado hizo la hombrada de terminar su faena con una estocada, previo pinchazo, y cortar una oreja, la única que se concedió en la Plaza México en esta sexta corrida de la temporada grande, y se salvó de un percance que pudo tener fatales consecuencias.
El toro Mazapán, que no le hizo honor a su nombre, pues traía dos pitacos como puñales, lo cogió espectacularmente en dos ocasiones y en las dos hizo por el torero ensañándose cuando Diego estaba tirado en la arena y afortunadamente sus compañeros llegaron a tiempo para retirarlo de esas astas astifinas y no pasara a mayores el suceso.
La faena de Diego Silveti fue de entrega ante ese toro, burraco de pinta y de nombre Mazapán, fue un toro bravo pero lucía una cornamenta agresiva como todos su hermanos y sabía para qué los traía, pero también dejó ver buen estilo y mereció los honores de arrastre lento bajo sonoros aplausos de la concurrencia. Ese toro salvó la divisa obispo, amarillo y blanco, ya que sus congéneres desplegaron un desempeño irregular.
Silveti llegó con la moral muy en alto por los triunfos previos que había obtenido en provincia y desde que se abrió de capa se le vio que no iba a dar ni pedir cuartel. Estuvo muy variado con el capote, primero en chicuelinas y en quites, uno combinado con gaonera, saltillera y revolera que arrancó los primeros aplausos. Y con la muleta en los medios inició su labor por alto y seguida de pases de la firma y de trinchera y empezar mostrar el principio del triunfo.
Se dio a torear por ambos lados con temple y largueza. Tanda de naturales superiores despatarrado y ayudados en redondo y por atrás.
Al iniciar otra tanda de ayudados el toro no olvidó su condición de bravo y estiró la gaita para voltearlo espectacularmente y bailarle un zapateado con saña tirado en el suelo. Se pensó que iba calada, Diego se zafó de las asistencias, regresó a la cara del toro para seguir toreando muy ajustado. Seguramente Silveti se confió y siguió hilvanando sus muletazos y en otro derechazo lo volvió a aprender y nuevamente se ensañó en otra paliza.
No conformó, Diego sacó a relucir su valor acerado, y se dio a torear por bernardinas escalofriantes. Señaló un pinchazo y estocada y estalló la ovación acompañado de una nube de pañuelos y se concedió la oreja. Lento al toro.
En la enfermería le detectaron rayones, puntazos y golpes y salió para torear a su segundo. Un toro castaño con mucha presencia tanto de volumen como de edad y cornamenta, pero en general deslucidos y Silveti le dio muchos pases tesoneramente buscando el segundo triunfo, pero nunca llegó, pinchazo sin soltar y tres cuartos.

SALDÍVAR
Arturo Saldívar salió con la mente fija para hacer valer su título de triunfador de la temporada pasada y sacó a relucir su personal estilo de hacer el toreo, valiente de arte y temple. Estuvo muy variado con el capote, primero en chicuelinas, luego tafallera, una larga afarolada y rematar con revolera que mereció la carretada de aplausos que le brindaron. Quitó por gaoneras y revolera. Su mérito fue que el toro salió suelto de la suerte y hasta allá lo siguió el de Aguascalientes.
Con la muleta lo metió en el engaño y le fue engarzando pases templados y emotivos. El toro mostró su condición de manso y se fue a tablas. Y Saldívar lo siguió y en la zona de toriles le hizo la faena metido entre los pitones, jugándose la piel. Y fue coreado de constante. La estocada que cobró no fue efectiva y luego el puntillero levantó al toro que tardó en doblar. No obstante tuvo fuerte petición de oreja que el juez no concedió. Pero Saldívar tuvo una actuación muy torera y mostrando su progreso. Lo hicieron salir al tercio para ovacionarlo.
Con su segundo hizo una faena con muchos pases más de los que merecía el astado que embistió sin clase. Un toro indefinido. Pinchazo y estocada para palmas.

TALAVANTE
Alejandro Talavante también venía muy dispuesto para el triunfo y tuvo momentos muy buenos y estuvo muy variado con la capa y con la muleta pases sobre ambas manos, los pocos pases que tuvo su astado, y se los dio. Un toro con poca fuerza. No estuvo certero con la espada y se retiró en silencio. Con su segundo tampoco se prestó para el lucimiento, pero él estuvo dispuesto. Mal con la espada de descabellar y escuchó un aviso.

LOS TOROS
La ganadería de Jaral de Peñas envió un encierro del encaste español de Domecq. Ejemplarmente bien presentado con el trapío que no se puede ocultar. Con volumen, edad y peso, y unas cornamentas como para pensar en salirle. Todos acudieron a los caballos y apenas si les hicieron sangre. Provocaron tres tumbos espectaculares. Y varios de ellos fueron aplaudidos de salida por su seriedad y presencia. Sobresalió el corrido en tercer lugar que mereció arrastre lento por su bravura y buen estilo. El primero de Saldívar caminó un poco más. Los demás tuvieron pocos pases y poca fuerza.
La plaza registró una entrada de unos 15 mil espectadores y buen ambiente.
El subalterno Diego Martínez saludó en el tercio tras sensacional par de banderillas.

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