Una segunda derrota al hilo por el quinto sitio, fue la que sufrió el equipo femenil de handball que interviene en el Campeonato Mundial Universitario en Guimarães, Portugal, al caer ante Japón, con un marcador 18-35. La selección tendrá un último encuentro por el séptimo lugar contra República Checa.
 
El conjunto que dirige Mónica Piña inició con cambios respecto al siete en cancha que había manejado con anterioridad. Al frente del arco Denisse Romo, mientras que en la duela Itzel Aguirre, Selene Sifuentes, Fernanda Rivera, Lourdes Rocha, Nasheli Jaramillo y la capitana Brenda Ramírez, abrieron el penúltimo juego para México.
 
Pese a los esfuerzos de las jugadoras mexicanas en los primeros 20 minutos, poco pudieron hacer ante el potente ataque japonés que hizo varios cambios en su defensa que impidió la pronta reacción del acomodo de las tricolores. El primer tiempo concluyó con ventaja para las niponas, quienes sacaron la mitad de puntos (16-8). En el segundo periodo México perdió aún más balones y no pudo acortar la distancia para terminar con una pizarra 18-35.
 
“Mi equipo ha respondido muy bien, sin embargo, frente a Japón noté un rendimiento ya bajo, de cansancio, tienen seis partidos anteriores arrastrando y es complicado mantener el ritmo de juego.
 
Falta mucho entrenamiento y mayor condición física. La mitad del equipo es nuevo y no han encontrado la forma de ponerse al nivel de las más experimentadas, sólo con trabajo van a poder ser más constantes.
 
“Les he dicho que no quiero sólo a un par de titulares como lo son Selene Sifuentes o Brenda Ramírez, quiero una escuadra equilibrada, con similares características de juego”, dijo la entrenadora nacional femenil Mónica Piña.
 
Detalló que el trabajo será arduo a su regreso, pues requiere que toda la preselección resista más tiempo sobre la cancha con minutos jugados y puedan soportar la rotación de posición en caso de movimientos estratégicos inesperados, como lo fue este sábado contra Japón.