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Mira

1, diciembre 2015 - 9:57

┃ Manuel Gómez

nota-futm-america-sambueza

SERÍA la primera vez que el invitado al Mundial de Clubes obligue a que la final de la Liga MX cambie de fechas. Y las Águilas se han propuesto cerrar el año con dos trofeos más en sus vitrinas.
Pepe Romano y Ricardo Peláez, presidentes operativo y deportivo, respectivamente; así como el capitán Rubens Sambueza, a nombre del plantel, y el estratega azulcrema, Ignacio Ambriz, están unidos en dicha misión.
A partir de hoy, cuando inicia el último mes de 2015, se han fijado la ambiciosa meta de darle una histórica satisfacción a sus fanáticos. Primero, obtener –en esta semana– el pase a la gran final del Apertura 2015 a costa de los Pumas, y con ello viajar a Japón en busca del Mundial de Clubes.
Una vez cumplida su misión en dicho certamen, los cremas anhelan regresar a nuestro país para de inmediato disputar la gran final del campeonato.
Esto movería los juegos de ida y vuelta por el título, al tiempo que serviría para una motivación incomparable a favor de los millonetas.
Rubens Sambueza, uno de los pulmones amarillos y que impulsa, como líder, a todos sus compañeros, levanta la mano, deseoso de contagiar esa unidad hacia el resto de la plantilla. Así lo sienten también Osvaldo Martínez, Darío Benedetto, Moisés Muñoz, Paúl Aguilar, entre otras piezas importantes del conjunto azulcrema, van hacia la misma misión.
El primero de ello, Sambu, hoy por hoy es el capitán, brazalete que luce orgulloso. Es solidario y una de las alas principales de las Águilas, que este jueves tendrá mucho qué hacer en busca de la final por el título del Apertura 2015, contra Pumas.
Sambueza, el líder, es el hombre que da latigazos, en quien recae la responsabilidad de la estructura futbolística americanista, porque gracias a su talento y visión el cuadro de Coapa ha llegado a deslumbrar.
Este volante se hizo figura con las Águilas. De paso discreto con los Pumas y Tecos, los colores amarillo y azul le sentaron tan bien que conectó de inmediato con un público que lo recibió con la esperanza de que fuera solución. Y lo ha sido en todo este tiempo.
Atrás han quedado, al menos así lo ha demostrado, los días en que el temperamento lo traicionaba, al grado de perder la cabeza y ser expulsado por constantes reclamos o alguna patada fuera de lugar, producto de ese carácter que no lograba controlar. Las dos expulsiones de este Apertura 2015 le pegaron fuerte y eso parece haberle asentado.
Ahora ha madurado como futbolista y ser humano.
Este motor dentro de la cancha está más que encendido y ha contagiado a directiva y cuerpo técnico a darlo todo y sorprender con ello a su afición. Porque los regalos están por llegar…

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