POR A. G. GONZÁLEZ

LA seguridad que Darío Verón aporta a la zona baja de los Pumas será elemental en el duelo de vuelta por las semifinales ante el América. Es cierto que los universitarios tienen una ventaja que parece definitiva, pero el orden defensivo debe mantenerse para no pasar una vergüenza.
Y ahí es cuando la figura de Verón cobra mucha importancia. Porque aunque estuvo ausente en un importante número de partidos y el joven Luis Quintana lo hizo aceptable, no hay duda de que el liderazgo del paraguayo le da otra personalidad al cuadro felino.
Los Pumas solamente recibieron cuatro goles en toda la fase regular del torneo en el Olímpico Universitario y perdieron un partido. Este fue contra Chiapas, el único que les pudo marcar más de dos goles en su casa y los venció. El otro que les marcó en CU fue el Querétaro, pero solamente un tanto.
Lo que aporta el central es, además de ese don de mando, un escalonamiento y manejo de los tiempos ideales para cubrir los espacios que dejan sus compañeros con los movimientos de los atacantes rivales
Se trata, además, de un futbolista que ha estado en los últimos cuatro títulos que han ganado los Universitarios desde el 2004. Todo un referente del equipo en la última década, en la que futbolistas han ido y venido, pero el paraguayo se ha mantenido firme, seguro de ser un Puma de corazón.