SANTIAGO CUAUTLALPAN.- La plaza de Cinco Villas registró un lleno a toda su capacidad para la novillada Guadalupana y por el centenario del natalicio de Silverio Pérez. Por ahí estuvieron las familias de los matadores famosos contemporáneos del recordado texcocano. Desde luego, la familia del monarca del trincherazo encabezada por Silvia Pérez.

Se jugaron astados de Huichapan, bien presentados, de juego irregular. El novillero español Miguel Ángel Silva, alguno que otro buen detalle y mal con la espada, escuchando un aviso en su segundo. El aguascalentense Nicolás Gutiérrez salió con la brújula bailoteando y no apareció su capacidad torera como triunfador de la México y en Cali. Anduvo perdido, sin saber que hacer. Totalmente desconocido. En su segundo, trapazos por doquier y le tocaron los tres avisos. Javier Castro se salvó y dio vuelta en su primero a pesar de que sufrió tremenda voltereta. Su segundo, que fue el mejor del encierro, estuvo por encima de él. Mató de media y palmas y aplausos para el novillo. El trofeo en disputa, un trincherazo de Silverio Pérez quedó desierto y fue a parar a la vitrina de la plaza cinco Villas.