CORTESÍA JESÚS TEPEPA
FOTO: JORGE BARRERA

EN medio de misterios nace lo que siempre será indescifrable… ¡ay amores!… hay amores… a veces duelen… otras inspiran a la vida misma… Diego Torres ofreció versos de su obra Buena Vida, pero también obsequió con palabras ya sabidas… su canto hizo un amanecer nocturno…
Sin olvidar el ayer… quizá deseando llegue un mañana dejando eternamente un hoy… todo es A través del tiempo… lágrimas o sonrisas… calendarios van o vienen… hojas de otoño… flores primaverales… brisa veraniega… gélido invierno… hay Amores que matan.
Sin embargo ahí están los otros… esos que hacen vivir una Aventura del mar… soñando con aquella playa o tal vez olas elevadas hasta alcanzar los cielos… todo es según los cristales dicen las voces sabias… tal vez haya un Color esperanza.
Pero posiblemente se abra La Grieta… esa pequeña o gran hendidura por dónde se ve pasar el tren de una suerte ¿mala o buena? solamente los viejos zíngaros podrían saberlo porque ellos conocen lo que fue y aquello por venir.
En medio de la vorágine alguien siente un vaivén… La vida es un vals para recorrerla anhelando esas ilusiones… ilusionado con esos anhelos… es un Aquí estoy… posiblemente desesperado… desesperadamente posible.
Son palabras dichas sin sentir… son sentimientos sin hablar… es el pensar… es el vivir… es un Sin tí conmigo porque un furtivo beso escapó por la ventana hacia la nada… es una Dulce locura dentro de aquel frío razonamiento.
Diego Torres va hilvanando su canto… teje los versos… dice en silencio… pareciera que No alcanzan las flores para enmarcar los amores esos que ¡ay! o hay… duelen… es el amargamente dulce dolor de los enamorados…
Es el clamor Cuando el mundo da vueltas… es el vórtice desconocido llevando a ningún lugar… es también todos los sitios… pareciera ser el Fin del mundo ¡oh pesares!… emerge una sonrisa… el fin una ventana hacia la alegría… es el Volver.