LOS zarpazos de Tigres fueron fortísimos.

Herido por los embates regiomontanos, el Puma regresó a su cueva, pero en lugar de dar la cara tras la desastrosa ida, Universidad prefirió cerrar las puertas de su entrenamiento, lamer sus heridas fue mejor sin los medios de comunicación.

Cerca del medio día, uno a uno los jugadores auriazules comenzaron a llegar en sus autos.

Nadie se paró, todos entraron sin siquiera ver a los pocos aficionados presentes.

El típico regenerativo tras el partido fue lo mínimo que se observó por una de las entradas al Olímpico Universitario.

Después de 45 minutos comenzaron a salir. Darío Verón, Matías Britos y Guillermo Vázquez aventaron los carros.

Pocos fueron los que al menos saludaron, Luis Fuentes y Alejandro Palacios hicieron el gesto de que no podían hablar.

La gente los esperó, les gritó cuanto pudo, pero sus intentos fueron nulos, ningún felino se detuvo.

ESPECTÁCULO

La directiva de Pumas prepara un show para el medio tiempo de la final. Jugadores de sus filiales Sub 20 y Sub 17 participarán. Los jóvenes fueron citados tras el entrenamiento y entraron al Olímpico para los últimos ajustes, la vuelta será una fiesta. (Miguel Ángel Mújica/Fotos: Martín Montiel).