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11, diciembre 2015 - 23:42

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POR A.G. GONZÁLEZ

RICARDO Ferretti comenzó su carrera como técnico justo el torneo después en que con un gol suyo los Pumas derrotaron al América en la final de la temporada 1990-91. El “Tucazo” nombraron al gol del brasileño con el que los auriazules consiguieron ese título. A partir de ese momento, no ha dejado un solo torneo de dirigir en nuestro país, en donde echó raíces, acumula tres títulos y está a nada del cuarto.

Se trata de un hombre exitoso en el balompié de nuestro país, pero que en este 2015 tomó una relevancia especial que lo hizo destacar más de lo que de por sí le da el carisma y personalidad que siempre le han acompañado, lo mismo que el bigote que adorna debajo de su nariz, aunque ha tenido que quitarlo en promesa por los logros obtenidos.

Ferretti diseñó a estos Tigres conforme avanzaban en la Copa Libertadores y después de perder la final del Apertura 2014 ante el América. Apostó al torneo continental hasta estirar su participación a la final, para la cual contrataron al francés André-Pierre Gignac y al nigeriano Uche, de quienes solamente el galo fue gran negocio al convertirse rápidamente en ídolo de la afición felina.

Perdieron ante el River Plate y las críticas se volcaron sobre el estratega, quien además había tenido un inicio demasiado flojo en el torneo de Liga. Navegaba en los últimos lugares y las cosas no parecían embonar con el equipo al que ya había hecho campeón en el 2011.

Tranquilo ante la adversidad, gruñón como a veces es ante las preguntas necias, pero seguro de lo que hacía, “Tuca” volvió a llevar a su equipo al nivel de los primeros lugares de la tabla, los cuales pelearon hasta el final con todo y el bajón que tuvieron cuando atendió los compromisos de la acéfala selección nacional.

Ese, sin duda, es el capítulo que marca el año de este personaje. Por alguna extraña razón, el estratega de Tigres siempre había manifestado una animadversión a la posibilidad de ser técnico nacional. Pero ante la salida de Miguel Herrera -por el conocido escándalo- y la incapacidad de encontrar al sustituto en tiempo y forma para el partido clasificatorio a la Copa Confederaciones ante Estados Unidos, la figura del “Tuca” cobró fuerza.

El señor aceptó el reto, hizo el favor o ayudó al futbol mexicano, como se quiera ver. Total que hizo un gran papel con el cuadro tricolor, los clasificó a Rusia 2017 y, lo que es más importante, dejó una grata impresión entre el aficionado en general, o entre aquellos que sin conocerlo del todo no lo bajaban de enojos y malencarado.

Cambió esquemas y sin que los pocos partidos que estuvo al frente del Tricolor fueran espectaculares, consiguió lo que le encomendaron y regresó a su equipo para meterlo hasta la final del Apertura 2015 con un futbol efectivo, a veces vistoso, nada que ver con el tedioso esquema del que se le acusaba constantemente. Ricardo Ferretti se ganó la admiración de aquellos que no le conocían bien, confirmó el respeto de quienes ya lo admiraban y se convirtió en el entrenador del 2015, el año del “Tuca”.