POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.

CUANDO está arriba del tatami, es una mujer guerrera, transformada, decidida para ser la protagonista del taekwondo.
Cuando despierta es una mujer de sueños, es la amante de la vida, de la literatura, de la humildad y la que quisiera ser entrenadora de esa niñez que busca sobresalir.
Paulina Armería es una fémina que le gusta vivir al día.
Sentir los placeres que dan las horas en la escuela, los amigos y la familia.
Pero también es la sensación, la que busca emular a su ídolo María del Rosario Espinoza, de quien todos los días aprende algo.
Paulina visitó el museo del Diario de los Deportistas.
Le gustó la sección infantil donde está la pelota y el uniforme de su ídolo Kiko, personaje de la serie del Chavo del 8.
En esos momentos mostró su lado infantil. Recordó sus vivencias con sus padres, su hermana y su prima. Gustosa se tomó fotos, sin pensar que ella es una de las nuevas estrellas del taekwondo, la que brilló en la Copa del Mundo donde lograron la medalla de plata haciendo historia para México. Con su sonrisa expresaba sus emociones, su alegría, su juventud.
Así fue narrando parte de su vida. De sus primeros años practicando otros deportes hasta que se encontró con el taekwondo, que hoy es su forma de ser, su gloriosa pasión.
Pao forma parte de la selección nacional. Comenzó a los 7 años, ganando rápidamente su cinta negra y graduándose con mención honorífica.
Y esa aventura sigue en la selección nacional donde continúa dando muestras de que espera ser la mejor.
Paulina ha logrado ganar en eventos importantes, pero sigue siendo sencilla, amable, a quien ya adoran los niños de esta disciplina. Porta el nombre de México con mucho orgullo. Además de sus buenas calificaciones en la escuela, Pao ha forjado un carácter que la impulsa a seguir creciendo.