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14, diciembre 2015 - 12:57

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París.- El Olympique de Marsella, rival del Athletic Club de Bilbao en dieciseisavos de final de la Liga Europa, es un equipo construido por el argentino Marcelo Bielsa pero que, tras su espantada tras el primer duelo oficial, quedó en manos del español Miguel González “Michel”.

El técnico madrileño ha seguido una línea muy similar de juego, basada en el ataque, pero no ha conseguido dar estabilidad al equipo, situado en la parte media de la tabla y al que solo un brillante final de temporada podría acercar a los puestos europeos.

Si el equipo ha ido ganando en personalidad, y eso se ha traducido en una mayor regularidad en los resultados -lleva un mes sin conocer la derrota- la defensa aparece como su punto débil.

Golpeado por las lesiones, el equipo no consigue asentar un once con continuidad y la regularidad de los resultados tarda en llegar.

Muy fiables lejos de su estadio, con una única derrota como visitantes, el Olympique de Marsella baja su rendimiento en el Velódromo, donde solo suman dos victorias en 10 partidos.

El equipo comienza a tener un serio problema, un divorcio con la afición que no duda en despedir con silbidos a sus jugadores, lo que, según Michel, supone una limitación cuando tienen que jugar ante sus aficionados.

Resultado, el equipo construido por Bielsa para rivalizar con el París Saint-Germain se encuentra a 24 puntos de los líderes y a 7 de la tercera plaza que da acceso a la Liga de Campeones la próxima temporada.

Michel ha tratado de formar un bloque de juego en el que el exmadridista Lassana Diarra juega un papel central. Tras un año en blanco por sus problemas en Rusia, donde militó en el Anji Majachkalá y en el Lokomotiv de Moscú, el jugador ha vuelto a Francia con 30 años y ha causado una gran impresión, lo que le ha devuelto incluso un puesto en la selección.

En la zaga, si Nicolas Nkoulou parece indiscutible, el técnico español no acaba de encontrarle una pareja de confianza, bien por las lesiones, bien por el bajo rendimiento de los que juegan.

Tampoco termina de encontrar un sustituto a Romain Alessandrini, muy limitado por las lesiones.

En busca del prestigio que tuvo en el pasado, sin los medios financieros que le permitan estar a la altura de las grandes escuadras del continente, el Marsella parecía haber reconstruido una identidad de la mano de Bielsa.

El técnico argentino, adorado en la ciudad, construyó un equipo con personalidad y con su maestría recuperó la ilusión de la grada.

Pero fue precisamente su carácter lo que le hizo chocar con la dirección de un club convulso, fruto de lo cual el entrenador de Rosario dio un portazo tras perder el primer partido de liga y dimitió.

Huérfano de su líder, el Marsella se puso en manos de Michel, que ha tratado de superar la sacudida que dejó la salida de Bielsa.

El entrenador español ha logrado, desde que se hizo con las riendas del partido, ha ganado 10 partidos, ha empatado 6 y ha perdido otros tantos.

Tras un mes de octubre desastroso, en el que encadenó siete partidos sin victoria, el Marsella ganó tres partidos consecutivos. En las últimas semanas, los triunfos fuera se combinan con los empates en el Velódromo. EFE

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