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15, diciembre 2015 - 12:20

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Pekín.- El sueño olímpico invernal de Pekín 2022 va tomando forma con el establecimiento del comité organizador de los Juegos, que desde hoy tratará de evitar que las sombras que se ciernen sobre este proyecto hagan que adquiera tintes de pesadilla.

Contaminación, escasez de nieve, impacto medioambiental, desplazamientos de población y dificultad para rentabilizar las instalaciones se presentan como los principales desafíos para la capital china, la primera ciudad en acoger unos Juegos Olímpicos de Verano (2008) y de Invierno (2022).

El pasado verano, el Comité Olímpico Internacional (COI) eligió como sede para los JJOO invernales a Pekín, una candidatura avalada por el poderío financiero de la segunda economía mundial, pero que, por ejemplo, dependerá de la nieve artificial en sus instalaciones.

La comisión evaluadora del COI ya identificó ese y otros problemas durante su inspección de marzo, y así lo plasmó en su informe, aunque la asamblea del COI prefirió el dinero de Pekín frente a la nieve natural de Almaty (Kazajistán), la otra aspirante.

Así, lo que hasta este verano eran potenciales dificultades para Pekín 2022 se han convertido en riesgos reales y al nuevo comité organizador que encabeza Guo Jinlong, alcalde de la capital durante los Juegos de 2008, le corresponde la misión de mitigarlos.

El principal obstáculo que afrontan los Juegos de Invierno pequineses es la falta de nieve, que ha obligado a la capital china a desplazar las pruebas que se disputan sobre esa superficie lejos de la ciudad.

La mayoría de las pruebas sobre nieve tendrán lugar en Chongli, un distrito de la ciudad de Zhangjiakou situado a unos 220 kilómetros de la capital, mientras que el esquí alpino se desarrollará en Yanqing, un distrito bajo la administración de Pekín pero muy alejado del núcleo urbano.

A pesar de que Chongli cuenta ya con varias estaciones de esquí de creciente popularidad entre los aficionados chinos, abastece sus pistas con nieve artificial.

“Tenemos nieve para las vistas, pero para esquiar no es suficiente y hace falta fabricarla”, señaló Qi Hong, presidente de Thaiwoo, la empresa que gestiona uno de los complejos turísticos de Chongli que albergará la cita olímpica, en un encuentro con periodistas en Pekín.

En Yanqing la escasez de nieve es aún mayor y la comisión de evaluación del COI mostró preocupación ante la posibilidad de que los Juegos se disputen en unas pistas blancas de nieve artificial rodeadas de un entorno seco.

Satisfacer toda esa demanda de nieve requerirá incrementar el consumo de agua de una región árida en la que se trata de un recurso escaso, y que se alimenta parcialmente de un gigantesco canal que trae agua del húmedo sur del país.

Además, aunque la mayoría de las instalaciones están ya construidas, el COI ha advertido de que la creación de las infraestructuras que faltan forzará a unas 1.500 personas a abandonar sus viviendas y tendrá graves impactos ambientales.

Los trazados propuestos para las pistas de Yanqing incluso son adyacentes a la Reserva Natural Nacional de Songshan y podrían tener efectos sobre el ecosistema de la zona.

“Sabemos que si nuestro complejo quiere sobrevivir y ser rentable tiene que cuidar el medio ambiente. En las construcciones trataremos de no talar ningún árbol y, si hay que cortar alguno, se plantarán otros para sustituirlos”, aseguró Qi.

Uno de los incentivos del COI para elegir a Pekín fue la posibilidad de incrementar la base de practicantes de los deportes de invierno acercándolos a la gigantesca población china.

Yi Jiandong, uno de los integrantes del comité organizador, situó en 300 millones de personas la previsión oficial de practicantes de estas modalidades deportivas para 2022, una cifra que muchos analistas consideran demasiado optimista.

“El esquí no forma parte del estilo de vida chino”, admitió Qi, quien destacó, no obstante, que los deportes de invierno gozan de una creciente implantación en la potencia asiática.

También el Gobierno pretende aprovechar el tirón de los Juegos para convertir las instalaciones olímpicas en destinos turísticos, lo que contribuiría, en línea con los planes oficiales, a potenciar el sector servicios.

Sin embargo, el desarrollo de este tipo de turismo también plantea grandes interrogantes sobre su sostenibilidad medioambiental a largo plazo, considerando que los alrededores de Pekín son una región seca y que no siempre dispone de nieve.

La contaminación atmosférica, un mal que persiste a lo largo y ancho del país pese a los esfuerzos de las autoridades por combatirla, también supone una amenaza, aunque China ha conseguido alivios temporales (parando fábricas y limitando el tráfico) en sus experiencias previas en grandes acontecimientos deportivos.

Finalmente, la dispersión geográfica de las instalaciones aumentará la dificultad de coordinar las medidas de seguridad, otra sombra que planea sobre los Juegos de Pekín 2022 y con la que el nuevo comité organizador tendrá que lidiar. EFE

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