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16, diciembre 2015 - 9:28

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POR ALMA ROSA CAMACHO

LA expresión del amor más sublime que de la pasión carnal rebasó los límites de la mujer que sacrifica su relación con tal de ver que su pareja cristalice el hecho de cambiar su homosexualidad, como se aprecia en la película de Tom Hooper “La chica danesa”, cuya proyección para medios de México se realizó en la mañana del pasado lunes.
Llegó a tierra nacional este guión de Lucinda Coxon, con tres nominaciones a los Globos de Oro 2016 –actriz, actor y banda sonora–, constatándose el porqué y como preámbulo a las categorías que se sabe también ganará los próximos Oscar y cuyo estreno al público es el 15 de enero próximo.
El matrimonio conformado por el actor inglés Eddie Reymane “Lili Elbe”, cuya sensibilidad y talento que emana como pintor al igual que la artista sueca Alicia Vilander “Gerda Wegener”, de igual profesión, fue el detonante para optar por convertirse en “dama”, tras ir palpando las texturas de las prendas, medias y zapatillas de la mujer con quien hacía el amor.
Una de esas noches al flirtear en la cama y quitarle la camisa a él notó debajo de ésta un corsé de ella. Gran sorpresa se llevó, pero siguió en el juego del arte de la seducción.
Lo siguiente fue imparable en esta historia de drama surgida de la vida real con coproducción de Estados Unidos, Alemania y Gran Bretaña. El gran amor que ella le tenía a él, la llevó a enseñarle a maquillarse, ponerse peluca pelirroja y prendas femeninas.
Varios encuentros con la sociedad empezaron a tachar a “Lili” de un perverso o del mal de la esquizofrenia por sentir y querer vivir con una nueva sexualidad, que hasta fue golpeado por dos salvajes que en montón, siempre serán los supuestos fuertes y esto ya se veía desde los años 30 y que esta trama es tan contemporánea por la discriminación que aún hay con estas personas de preferencias sexuales diversas.
Pero si bien en “La chica danesa” se aborda el tema de los gays, de la falta de criterio de una sociedad -hasta del ramo médico-, no hay que pasar de largo el abnegado y sacrificado amor de la pintora talentosa, joven hermosa “Gerda”, quien acabó sucumbiendo ante el anhelo del ser amado de transformarse en mujer y sentirse “cortejada” y “deseada” por un hombre”.