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Mira

17, diciembre 2015 - 9:19

┃ Fernando Schwartz

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JAVIER Hernández, como dirían en Argentina, se la está bancando y viene justo con la ironía de lo que aguantó en la banca, para hoy con minutos y continuidad, su olfato goleador y su habilidad física y mental para moverse en el área, lo tienen puesto como un depredador del área, que sus números siempre han avalado, pero que sus detractores lo han perseguido como presa para buscar denostar lo que con hechos y goles responde en el terreno de juego. Cuando Javier debutó en la Comunitty Shield, como primer juego oficial en Wembley frente a Chelsea, en 2010, en agosto, anotó un gol con la cara. Y de ahí a su último gol, es simbólico que siempre ha puesto la cara en las buenas y las malas para cumplir su sueño y estar consolidado hoy como el mejor goleador de promedio y constancia entre los grandes de Europa. Ferguson tiene ojo clínico y no se iba a equivocar cuando determinó llevárselo al Manchester United antes de Sudáfrica 2010 para evitar que se le fuera de las manos. Cuando Javier apareció sorpresivamente en mayo sentado en Old Trafford, el telón del teatro de los sueños abrió sus cortinas a un joven con un bagaje de ilusiones y deseos de ser, crecer y consolidarse. Veinte goles en su primera temporada enmarcaron a lo que iba, 18 que lleva en esta temporada en todos los torneos, 10 en Bundesliga, cinco en Champions, tres en Pokal, lo ponen en camino a este ritmo a una temporada espectacular donde puede duplicar esos números, y por qué no, pensar en meterse a la disputa del botín de oro europeo que Hugo compartió con Stoichklov en 38 goles y que son números a los que ahora Javier se perfila. El gol es el amante perfecto del futbol y CH7 lo compagina con esa humildad de sacrificio por el equipo y la convicción plena que el gol, siendo la máxima del futbol, no lo es todo, porque muchas veces sin hacerse presente en el marcador, el sacrificio, la asistencia y el juego de conjunto son iguales, y tan o más valiosos que hacer estremecer las redes, que es el hábitat del goleador. Javier hoy es añorado en Manchester United, hoy es reconocido por el Real Madrid, pero lo más importate es que dos destinos se juntaron para favorecerse. Bayer Leverkusen, equipo de sangre joven, quiso un joven maduro y con experiencia como líder y lo encontró en un Javier que a sus 27 años de edad está cosechando lo que sembró y donde las lágrimas que derramó para poder aspirar con fe llegar a la montaña se han convertido hoy en el rostro de la sonrisa, de la satisfacción, en saber que lo que pidió, minutos y continuidad, lo llevarían a mostrarse como es y lo que puede aportar. El futbol tiene variables. Así como hay grandes de técnica individual, así como hay grandes cañoneros, extraordinarios cobradores de pelota parada, grandes cabeceadores, jugadores cerebrales, hay goleadores de cepa, y aunque mucho le dejen caer el látigo del desprecio a Javier, en lo suyo es extraordinario. No hay ningún delantero en el mundo con esa viveza y habilidad para desmarcarse en el área y estar en el justo lugar con la cita al gol. Su promedio gol por partido siempre ha sido espectacular. Lo era con pocos minutos y goles. Hoy lo es con muchos minutos y respondiendo con goles ¿Se le puede pedir algo más? Evidentemente no. Como mexicano que es no se lo reconoce. Si fuera argentino, brasileño o de otra nacionalidad, todos sus logros serían magnificados aun más, pero no, el hobby nacional de encontrar el mínimo detalle o pretexto siempre se hace presente, pero “Chicharito” sigue su camino y hoy le ha dado la vuelta a su moneda, lo goza, lo disfruta, pero no se conforma. Alguna vez su abuela, la esposa de don Tomás, en las afueras de Old Trafford me confesó: “Nombre, este muchachito es combativo. No le gusta perder ni en Basta. Vieras cómo se pone cuando pierde. Esto es lo que lo lleva a triunfar en la vida y en el futbol”. Sabias palabras de abuela, porque esa tenacidad, esa convicción lo han llevado a la élite goleadora del futbol europeo. Lo ha llevado a vencer a propios y extraños, y hoy dice basta. Entonces, por qué no pensar en el botín de oro. Para “Chicharito” no hay límites ni tampoco hay un hasta aquí o un basta en su camino. Ojalá que sus detractores sí reflexionen y basta de compararlo o atacarlo. Dejadlo ser, que él navega sumando con logros y goles, pero sobre todo con disciplina y dedicación, bancándosela por cuatro o cinco años y ahora bancándosela en un mundo de oportunidades que le abrió Leverkusen, donde con goles, fácilmente ha dicho basta y se lleva la mejor puntuación.