POR: Rafael Huesca Y MIGUEL MÚJICA

LA imagen en su espalda lo dice todo. Darío Verón es un bendecido.
Fiel creyente de la Virgen de Guadalupe, el “Hechicero” se encomienda a ella cada que salta a un terreno de juego.
Su vida y su pasión las lleva tatuadas, la imagen que lo cautivó durante toda su vida, Darío le tiene mucho respeto, pues siempre le ha respondido en momentos claves.
“Sí, soy un fiel creyente, siempre está en mi vida, es algo que le enseñé desde pequeños a mi hijos y siempre me ha ayudado”.
Darío se abrió con el Diario de los Deportistas, muchos le han hecho cosas malas, pero él deja la justicia en las manos de la Guadalupana.
“Siempre lo digo, las cosas pasan por algo. Siempre hubo situaciones que suceden en la cancha pero yo no soy quién para tomar justicia, le dejo todo a ella y sé que siempre responderá, siempre lo ha hecho”.
El capitán, inspirado por la Virgen, espera que le den la oportunidad de coronarse una vez más con Universidad. Él peleará por el gusto, espera que de arriba le ayuden para lograr su sueño.
“Yo quedé muy dolido, lloré mucho por perder una final en mi cancha, por la gente que siempre apoyó. Levantar la copa como capitán es lo que quería, el técnico nos abrazó a todos, estaba dolido, lloré mucho, empecé a decirles a los compañeros que Pumas es grande, lo analizamos y estaban felices también, entró el rector. En lo personal no pude dormir, por lo que corrimos y otra porque estaba nervioso por no ganar el título, pero ojalá tenga la oportunidad de serlo una vez más”.