REDACCIÓN Deportes.- Potencialmente la Fórmula Uno es un deporte de los más emocionantes del mundo. Coches veloces, la tecnología y mecánica más punteras y una atmósfera de lujo y exclusividad, además de su ya larga historia son los principales valores de un espectáculo que sin embargo en los últimos años viene perdiendo esplendor de manera gradual.

Lo dijo Alonso al terminar la temporada en Abu Dhabi, “otros campeonatos nos están adelantando por la derecha”, y es una sensación que ya ha llegado incluso a los organizadores -Ecclestone afirmaba esta semana que “esta Fórmula Uno es una mierda”- y la FIA: algo debe cambiar.

Y no anima tampoco el estudio que ha publicado Forbes sobre como el gran circo ha reducido su valor en los últimos tiempos. Según la prestigiosa revista la F1, que en algunas temporadas ha llegado a alcanzar valores de más de 11 mil millones de euros, ahora no vale mucho más del 70% de eso. El principal problema, sin profundizar en muchos otros aspectos, es la gran desigualdad que existe ya no sólo entre los de arriba y los de abajo, sino entre el primero y el segundo: Mercedes ha aventajado en 275 puntos a Ferrari, y entre ambos han conseguido más puntos que el resto de escuderías juntas.

Tamaña brecha ha hecho que, a falta de tres carreras, tanto el título de constructores como el de pilotos estuviesen decididos a favor del equipo de la flecha plateada. Lejos quedan finales como el de 2012, resultó en una última carrera a la que Vettel llegaba con tan solo 13 puntos de ventaja sobre Alonso y que a pesar de jugarse el título ninguno logró ganar.

Relacionado con esta desigualdad en la pista está el aspecto financiero, en el que Ferrari domina desde hace ya mucho. La escudería del cavallino rampante tiene un valor aproximado de más de 1.2 billones de euros, más del doble que Mercedes -la única que registra un cierto crecimiento-, y es la única capaz de cerrar la temporada con ganancias. McLaren y Red Bull por su parte parecen haberse estancado, sobreviviendo en un campeonato en el que hasta 110 equipos han aparecido y desaparecido desde los años 60. Con Mercedes dominando los últimos años y Ferrari en una posición que sorprendentemente le parece cómoda, ambos equipos ya han ejercido su derecho a veto a las nuevas propuestas de la FOM y la FIA, que apuestan por una Fórmula Uno más igualitaria.

Por otro lado ambos equipos suministran motores a cinco escuderías, lo que significa que tan sólo tres equipos de la parrilla son totalmente independientes de ellos. En una competición de dos en la que sin embargo sólo uno de ellos tiene opciones reales de conquistar el título, la sangría de audiencias y la baja afluencia de espectadores en los circuitos se suman a una devaluación que hace que obligatoriamente deban plantearse algunos cambios si se quiere continuar en la cima de los grandes espectáculos.