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20, diciembre 2015 - 22:11

┃ ESTO

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POR HORACIO SOTO CASTRO
FOTOS: OSCAR RAMÍREZ

LA ganadería de La Punta dejó mucho que desear en la Plaza México a la que saltaron cinco astados muy disparejos tanto en el juego que dieron como en su presentación siendo protestados los corridos en primero y sexto lugar. Aquel por tener unos “platanitos” por cuernos y éste por falta de trapío y tocado del pitón derecho, y también se lidió uno de San Marcos, que presentó complicaciones. Los de la ganadería titular el primero y el quinto fueron los que se dejaron torear. Uno con calidad y el otro bravo y emotivo.
Además, el juez Jorge Ramos procederá administrativamente contra el ganadero por cambiar el nombre del sexto sin autorización, pues estaba reseñado con el nombre de Arte y salió con el nombre de Juezpen, también por faltas a la autoridad y violación al artículo 120 del Reglamento taurino.
En el mencionado artículo se asienta en su primer párrafo: la suspensión hasta por un año se aplicará a los lidiadores o cuadrillas que ofendan o desacaten a la autoridad, u ofendan a los espectadores o bien cuando su actuación provoque un escándalo grave.
Y aquí cabe lo relacionado con el ganadero.

EL FESTEJO
La entrada bajó considerablemente a pesar de que la tarde fue propia para una corrida de toros, con sol y calorcillo veraniego. Y buen ambiente en los tendidos. Al final en los tendidos se encendieron luces artificiales en señal de que la Navidad está por llegar.

ESCRIBANO
Al matador español Manuel Escribano le correspondieron los dos toros que citamos arriba y en el primero saludó en el tercio y al otro le cortó una oreja. El diestro peninsular confirmó las muchas cosas buenas que se dicen en España y con las que vino avalado y gustó al público capitalino, pues se le vio, como a todos de la Iberia, sitio y oficio, además que tiene el sentido del temple y la distancia y hace el toreo que se valora bien aquí. Asimismo tiene valor y camina desahogado sobre el ruedo y cubre los tres tercios con atingencia.
Escribano confirmó con el toro número 71 de nombre Cielo y con 478 kilos, negro bragado cornicorto que protestaron de salida. Se lució con su toreo de capa primero al recetarle una larga aforalada rodillas en tierra y de pie en verónicas y media y revolera todos los lances bien marcados. Cubrió excelentemente el tercio de banderillas. Y luego de la ceremonia de confirmación a cargo de Fabián Barba como testigo Víctor Mora, Manuel se dio a torear sobre los dos lados en muletazos largos y templados, pues el toro tenía mucho recorrido y nobleza, sin tirar una mala mirada. Toro emotivo e intercaló adornos de buen gusto.
Se tiró a matar y señaló un pinchazo que le aplaudieron por ser arriba y luego estocada caída y traserilla y escuchó un aviso, pero lo hicieron salir al tercio.
Su segundo, de nombre Mati, un toro largo y bravo, no fue tan fácil, y Escribano se impuso y le tomó la distancia. Faena intermitente, ya que no aguantaba más de dos muletazos por tanda, pero largos y templados, sobre todo los naturales, que resultaron emotivos. Y tuvo momentos muy brillantes en su labor. Se fue por derecho y cobró un estoconazo para que doblara. Petición para una oreja. Palmas al toro y algunas protestas contra el diestro.
FABIÁN BARBA
El rubio torero aguascalentense Fabián Barba mantuvo las buenas maneras y mejores de lo que ha dejado ver en la Plaza México. Asimismo, estuvo valiente y muy torero y terminó con un puntazo en el escroto en su segundo, pero no se fue a la enfermería hasta que terminó su labor. Un gesto que también debe enorgullecer a Fabián.
En su primero, que fue de San Marcos, con muchos problemas, Fabián siempre estuvo en la cara del toro, metido entre los pitones. Desarrolló sentido y peligro y terminó con la cabeza arriba. Logró muletazos de mucha valía, aguantando siempre las embestidas del astado. Se tiró a matar y se le fue la mano clavando la espada hilvanada. Y luego una estocada trasera y tendida, escuchó un aviso pero palmas fuertes al retirarse y saludó en el tercio.
Su segundo no fue una perita en dulce y él volvió a estar valiente y dándole todas las ventajas al toro. Lo recibió a portagayola y le recetó tres largas. Quitó por chicuelinas ajustadas y tafalleras para cerrar con una revolera. El toro tenía pocos pases y empezó a quedarse corto. Lo aguantó tanto que se lo echó al lomo y le dio el puntazo en el escroto. Ahí siguió Barba toreando con buenos muletazos. El toro se fue a la querencia y hasta allá fue Fabián para sacarle estupendos muletazos con todas las ventajas para el toro. Dejó una estocada caída. Tuvo petición que no se concedió.

VÍCTOR MORA
Al también aguascalentense Víctor Mora se le vio sin sitio y sin oficio y se notó la falta de torear, pues no se le vieron recursos. En su primero toreó muy rápido, sin temple ni mando. El toro tuvo sentido y peligro y buscaba al torero. Y Víctor terminó toreando por la cara con estocada caída. Pitos al toro. En el que cerró plaza, al que le cambiaron el nombre, dio infinidad de muletazos sin ton ni son. Escuchó un aviso.

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