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Mira

24, diciembre 2015 - 12:26

┃ Fernando Schwartz

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POR FERNANDO SCHWARTZ

EN dos partes iremos con las lecciones europeas del 2015 para el balompié mexicano. Hoy me enfoco en dos hombres ejemplares que en el camino de sus sueños han hecho todo para volverlo realidad y consolidarlo, poniéndolos en la vanguardia de sus clubes y mostrando que la fe indomable mueve montanas, quedando en claro que el bajar los brazos es sólo de cobardes, no de aquellos verdaderos triunfadores, que además orgullosamente representan a México en lo mas alto, dejando una huella en los pasos que dan.
Javier Hernández ha encontrado en la Bundesliga su hábitat de minutos y continuidad que no había tenido desde su primera de seis temporadas en Europa y el fin ha justificado los medios. Hoy Javier es una figura relumbrante de Bayer Leverkusen. Asume liderazgo y compromiso. Firma con goles, con entrega y garra absoluta cada una de sus actuaciones. Javier es un luchador nato. Las lágrimas que ha derramado por el futbol hoy son de alegría, porque es un goleador cotizado en Europa, con gran promedio de goles anotados por minutos jugados, y además puede darse el lujo de contar en su currículo haber llegado a Europa por la puerta grande de Manchester United, donde se coronó en liga dos veces entre otras y por haber vestido la blanca más famosa del mundo, la de Real Madrid, y que su nombre como “Chicharito” en Old Trafford y como “Chicharito” en el Bernabéu haya sido coreado. Hoy el “Kleine Erbse” hace su historia en la Bundesliga y es la aspirina del gol para el Leverkusen.
Miguel Layún, por su culpa lo ha intentado todo y hoy cosecha. Empezó desde abajo. Nadie le conocía cuando fue al Atalanta de Bérgamo, donde lo dirigió el seleccionador nacional Conte. Volvió a México y criticado a más no poder en sus primeros pasos con el América, se creó el famoso “hashtag” #TodoFueCulpaDeLayún, y en vez de matarlo en sus sueños, de dejarlo tirado en el camino, Miguel renació de sus cenizas para convertirse en un extraordinario jugador de futbol con buen manejo de ambos perfiles por los carriles, además de crecer también en la media cancha. El penal que le marcó a Cruz Azul que valió una liga, el póquer frente a Santos fueron el preámbulo de su brinco a Europa vía el Watford de la Premiership y por su camino aguantó vara ante la crítica de ir a la segunda inglesa.
Pero Miguel sabía lo que hacía. Hoy en Porto, Lopetegui lo alaba, lo banca, lo tiene como titular indiscutible. Soñaba con Champions, ya anotó gol. Soñaba con Europa, ya anotó en la Primera y su cotización se ha ido a las nubes, queriendo el Dragon comprar su opción en definitiva que pertenece al Watford, donde también anotó su gol en la Premier y probó lo que es jugar en la cuna del futbol, como lo es el inglés. Layún apareció por vez primera en selección en Copa Oro 2013 y de ahí no soltó una verde que ama y defiende a muerte. Ahí en ella Javier está a cuatro goles de estar en la cima de goleadores en la historia de la Selección, y además de que ambos comparten sueños, victorias, realizaciones y caminos plagados de piedras que ellos han limpiado, son compañeros de habitación en la Selección, donde “Chícharo” y Miguel comparten experiencias de vida, se animan el uno al otro, se aconsejan. “Chícharo” es letal en el área, Layún por la banda es extraordinario, y el “hashtag” es claro para cada uno: Chícharo, #CallandoCangrejos; Layún, #CulpableDeSuExito.

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