POR JORGE BRIONES

Cuando parecía que el “Monday Black” iba a cobrar muchas víctimas en los banquillos de la NFL, sólo fue el mítico Tom Coughlin quien perdió su trabajo al frente de los Gigantes de Nueva York.

La frustración provocó que algunos equipos como los Cafés de Cleveland o 49’s de San Francisco no llegaran hasta el lunes para deshacerse de Mike Pettine y Jim Tomsula, respectivamente, y lo hicieran la noche del domingo, mientras que otro como las Águilas de Filadelfia lo hicieran una semana antes con Chip Kelly.

Quien sí dio un paso al costado fue Coughlin, un estratega que marcó una época dorada con los Gigantes al dirigirlos durante 12 temporadas y ganar dos anillos de campeón. Dos temporadas consecutivas sin colarse a los playoffs colmaron la paciencia de la directiva.

“Estaba en el mejor interés de la organización que me hiciera a un lado del puesto. Estoy convencido que el tiempo es correcto para mí y mi familia y, como dije, la organización de los Gigantes. Ha sido un honor y un privilegio haber servido como head coach de esta franquicia”, señaló Tom Coughlin al ser destituido de su puesto.

Otro de los equipos en donde el futuro de su timonel es una incógnita son los Delfines de Miami. El conjunto de la Florida se encontraba sin entrenador en jefe fijo desde el despido de Dan Campbell, el interinato de Joe Philbin no trajo los resultados esperados y el experimentado Mike Shanahan suena para sucederlos en la próxima campaña.

Jim Caldwell (Leones de Detroit), Chuck Pagano (Potros de Indianápolis) y Gus Bradley (Jaguares de Jacksonville) eran los estrategas que corrían más peligro y que al parecer conservarán sus puestos un año más.