POR MANUEL GÓMEZ C.

FOTOS: JOSÉ LUIS GARCÍA

ENVIADOS ESPECIALES

TOLUCA.- Tarde llegó el anhelado triunfo del Toluca sobre Tigres. El desquite escarlata apenas valió para abollar la corona del campeón norteño. Éxito de última hora, insuficiente para ser considerado como venganza, mas de algo sirvió en el debut del Clausura 2016, pues los valiosos tres puntos fortalecen las altas aspiraciones de los Diablos Rojos. El título estará al alcance del equipo siempre que mantenga ese dominio sobre rivales de esta jerarquía.

El gol de Fernando Uribe, justo en el minuto 90, rompió la estrategia de Ricardo Ferretti. El estadio Nemesio Díez, congelado por el invierno toluqueño, encontró el calor prometido en el desenlace de la batalla. José Saturnino Cardozo saboreó a costa del “Tuca”, contrariado ante el prematuro padecimiento de “campeonitis”.

EL PARTIDO

Cuando apenas nos estábamos acomodando y nos frotábamos las manos para entrar en calor, los actores ya daban muestras de lo que pretendían. El Toluca tocó la puerta con autoridad. Ensayó triangulaciones y desaparecieron los temores hacia el monarca regio, que optó por multiplicar gente en el medio campo para entorpecer la apuesta local.

Y fue precisamente Uribe quien al minuto cuatro mandó el primer aviso a Nahuel Guzmán. El punterazo puso en apuros al portero visitante, cuyo manotazo mantuvo a su conjunto en el juego.

Toluca no se conformó. Jerry Flores le dio fortaleza al grupo en el carril derecho. Por izquierda, Rodríguez se multiplicó. Por el centro, Botinelli marcó la pauta. Con el apoyo de Esquivel y Ríos, los rojos dominaron a plenitud.

Los Tigres permanecieron en su guarida. Sin asumir riesgos, apostaron por el error del rival. André-Pierre Gignac fue comisionado para aprovechar el descuido del contrario. La velocidad e inteligencia del francés significaban un desafío para Cardozo. De ahí la paciencia exhibida por los pingos en esta historia.

Triverio provocó otro susto, pero su centro pasó de largo, sin que nadie pudiera rematarlo. Y nuevamente Uribe apareció por sorpresa, sin el tino deseado.

Hasta entonces reaccionó el “Tuca”, quien de un salto abandonó el banquillo para gritar a sus Tigres, los que hasta entonces presionaron para emparejar el trámite de la contienda en la agonía del primer lapso. Aquino, Sóbis y Damm rompieron el hielo y se aliaron con Gignac, quien permaneció al frente en espera de la pelota. Y en el cobro de un tiro libre, Juninho sacudió el poste derecho de la portería de Talavera. El susto dejó la sensación de drama en el infierno toluqueño.

DIABLURA

En el complemento, el Toluca recuperó el dominio ofrecido en el arranque. Recobró la iniciativa y acorraló a los Tigres.

A pesar de que el Diablo tuvo la pelota y el apoyo de su público, en la cancha hacía falta ese líder, ese hombre que le diera el empuje y se echara el equipo al hombro, porque aunque Botinelli lo intentó, en ocasiones Darío era impreciso.

Jerry encajó, pronto se adaptó a su nuevo equipo, era el más peligroso. Hizo mancuerna con Esquivel y trató de sorprender a Nahuel, mas el portero de Tigres reaccionó y evitó la caída de su meta.

Toluca mostró ganas, ímpetu, pero le faltaba actitud, picardía, ritmo frente al campeón, que mostró experiencia. Los intentos rojos parecían insuficientes. Faltó puntería y orden.

De algo le valió al Toluca perseverar. Apretó justo en la agonía y por fin, justo al minuto 90, Uribe salvó las cosas. El gol llegó y el campeón tropezó ante los Diablos Rojos, quienes a pesar de tanto batallar, van en serio.