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10, enero 2016 - 23:34

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POR HORACIO SOTO CASTRO
FOTOS: ALEJANDRO VILLA

JUAN Pablo Sánchez por fin encontró el camino para abrir la Puerta del Encierro de la Plaza México reforzando su extraordinario temple con las espadas que le sirvieron como llaves para traspasar a hombros el portón de los éxitos, en la decimotercera corrida de la temporada, mientras que Arturo Macías y Alejandro Talavante salieron por su propio pie con avisos al canto.

JUAN PABLO
Sánchez calentó el ambiente, pues además de que le correspondieron los mejores toros del encierro queretano, él hizo gala como siempre de ese don del temple del que es poseedor y además fue aquilatado debidamente por el público que le coreó con fuerza sus dos faenas y fue despedido con una salva de dianas en su honor.
A Juan Pablo le tocaron los dos toros más pesados del encierro de Campo Real que fue terciado, eso sí muy bien armado, pero débiles que no apoyaron a sus victimarios, que estuvieron muy por encima de su desempeño.
Para Sánchez fueron el 550 Don Beto, con 518 kilos, y el 562 Periquito, con 527 kilos, siendo aplaudidos en el arrastre. Las dos orejas fueron bien ganadas con el amplio reconocimiento de los aficionados que blanquearon los tendidos luego de que los mató de sendos estoconazos.
Desde que armó su muleta puso de manifiesto su temple al torearlo por ambos lados con esa despaciosidad que se hace una eternidad para el recorrido del toro. La segunda parte de su faena la hizo después de quitarse las zapatillas y seguramente anda más a gusto, pues volvió a mostrar al cubo su temple y hasta la dosantina realizó. Estocada apenas traserilla para una oreja y palmas al toro.
Con su segundo también lo pasó de capa por la embestida descompuesta de Periquito y nuevamente logró muletazos de calidad, pero sobre todo con temple y pases sueltos de adorno, de buen gusto. Otro estoconazo que hizo rodar sin puntilla al astado.
Juan Pablo Sánchez ya está en el cuadro de honor de los que han mutilado a sus toros y ayer cortó dos más para sumar tres en esta temporada y seguramente será tomado en cuenta para completar alguno de los dos carteles que están incompletos.

ARTURO MACÍAS
Seguramente Arturo Macías todavía no da crédito a lo que le ha sucedido en la Plaza México en su presentación en esta campaña al ser despedido con muestras de desagrado al escuchar dos avisos en cada uno de sus toros. Sin embargo, Arturo Macías tuvo una magnífica actuación tanto de capa como de muleta en sus dos toros, reafirmando su enorme capacidad taurina. Salió con las espadas sin afilar, pero hay que abonar a su favor que los toros tienen hueso y fue certero al clavar ahí las espadas y los golpes de descabello.
En su primero estuvo valiente y torero y realizó una faena variada con un muestrario bastante amplio de suertes bien ejecutadas. Recibió a portagayola a Calador y le ejecutó de rodillas cuatro largas afaroladas bien marcadas en el centro del ruedo y quitó con una combinación vistos con chicuelina, tafallera y caleserina. El toro tuvo poca fuerza y un tanto deslucido y Arturo se sobrepuso y lo toreó por ambos lados con temple y adornos y terminó con manoletinas de hinojos y sufrió un revolcón. Dos avisos.
Con su segundo, Mal Fajao, que le costaba desplazarse con los 547 kilos que cargaba sobre los lomos y le sacó muletazos de calidad a pesar de que constante perdía las manitas. Luego vinieron los otros dos avisos y Arturo Macías se retiró en los dos con una cara de desconsuelo que no cabía en un marco.

TALAVANTE
El diestro extremeño también se topó con toros que no se prestaron para el lucimiento, pero él con su experiencia, sitio y oficio cuajó una faena muy variada y de inventiva. Sobre todo esa suerte con que cerró su faena al cambiar de mano la muleta para pasársela por atrás que se convierte en una suerte emotiva. Y terminó dando pases sueltos, pero de calidad. Escuchó un aviso.
El otro, muchos problemas, quedándose corto y con pocas embestidas, y aun así le sacó muletazos que le corearon. Palmas para Talavante y pitos al toro. Pero Talavante también estuvo muy por encima de sus víctimas.
El subalterno Gustavo Campos saludó en el tercio por dos extraordinarios pares de banderillas.