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11, enero 2016 - 19:40

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Nota-OtosDeportes-Itzel Manjarrez

POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.

Es una mujer creyente, soñadora, luchadora, pero además polifuncional.

Por ello, la taekwondoín Itzel Manjarrez señaló que Dios escogió esta disciplina para ella a la edad los ocho años, cuando además practicaba jazz, danza y teclado.

Clasificada a los Juegos Olímpicos de Río, comentó que ya se ha visualizado en donde serán las competencias.

“De hecho he visto los lugares a través del internet y me he imaginado estar en el podio, porque no voy solo a competir sino por medalla. Es un reto que he asimilado y del cual he aprendido gracias a la disciplina, a los valores que me ha inculcado el deporte así como el estar sola, lejos de casa desde hace seis años que llegué al COM”.

De la categoría de los 48 kilogramos, la sinaloense platicó que así como cargaba su teclado o sus vestimentas de otros deportes, nunca dejó su peto.

“Mi infancia fue muy bonita porque mis padres son de rancho e iba a ordeñar las vacas. Eso me gustaba, pero además siempre andaba corriendo de un lado para otro con mucho entusiasmo. Me subía a los camiones cargando infinidad de sueños”.

Al mes de estar en el taekwondo, tuvo que decirles a sus padres que debían pagar la colegiatura, fue cuando se enteraron que practicaba esta disciplina.

“Ellos sabían que no podía estar quieta, por lo que me pasaba más tiempo en el gimnasio, la escuela y casas culturales. Pronto fui ganando medallas en el taekwondo, por lo que me aferré más hasta llegar a la selección nacional”.

También a un mes de estar en el COM, la registraron para los Centroamericanos de Mayagüez, donde sin imaginarlo logró la medalla de oro.

“Fue gracioso porque todo fue muy rápido. Estaba orgullosa porque el uniforme decía México, y combatir fuera del país era un sueño. Así que me presenté a la competencia y di todo lo que podía, pero cuando se entonó el himno nacional es que supe que había realmente ganado una medalla”.

Ahí supo que ya no era una niña del campo, de los juegos peleándose con sus amigos sintiéndose karatekas. Descubrió que el taekwondo la hizo resaltar sus cualidades.

Itzel ha recorrido muchos países con el sello de la mujer mexicana. De la guerrera que alcanzó por su disciplina premios estatales, juveniles y mérito deportivo.

“Pero ha llevado un proceso lleno de soledad porque hace seis años que estoy en el COM y no veo a mi familia. Pero eso me ha ayudado para sacar mis carreras de Educación Física y nutrición, para valorar lo que tengo y hacer buenos amigos. Y lo principal, que es competir por lograr mis sueños”.

Manjarrez ya tiene plaza olímpica, y es lo que la está impulsando para estar en el podio.

 

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