POR JOSÉ LUIS CAMARILLO

LA figura del mexicano Rafael García se hizo común en el mundo, en cualquier parte en que llevaba su “ciencia”, ya fuese para entrenar, vendar las manos o “tratar” las cortadas de decenas de campeones. Lo distingue una gorra que usualmente adornan docenas de pines de distintos sitios del planeta o que son conmemorativos de algún evento de trascendencia al que acudió.
“Ya estoy retirado y ya no quiero trabajar, pero como me habló mi amigo Rafael Heredia (mánager de Francisco “Bandido” Vargas), acepté”, nos decía Rafita -así le dicen afectuosamente-, cuando lo saludamos en días anteriores a que acompañara al “Bandido” en su triunfal aventura contra el tremendo japonés Takashi Miura, el pasado 21 de noviembre.
El mismo Rafael García del Pozo compareció en el Martes de Café del Consejo Mundial de Boxeo, donde Mauricio Sulaimán, titular de ese organismo, le agradeció viajar desde Las Vegas, donde radica, para hacer acto de presencia en la próxima misa de su papá.
El acto religioso por el segundo aniversario luctuoso de don José Sulaimán Chagnón está programado para las 10:30 horas de este sábado, en la antigua Basílica de Guadalupe. La ceremonia será oficiada por el Cardenal Norberto Rivera Carrera.

SE RETIRÓ CON FLOYD
Siempre atento con todo mundo que se le acerca para entrevistarlo o para “pedirle la foto” o el autógrafo, Rafa García aceptó platicar de muy buen modo con los reporteros que así se lo solicitaban, en la reunión del WBC.
Previamente, en la sesión de preguntas y respuestas, manifestó que ha trabajado con 40 monarcas mundiales.
Así fue como volvió a platicar con el representante de ESTO.
-Rafita, usted dijo que iba a retirarse en cuanto Mayweather decidiera hacerlo.
“Yo me retiré antes -aclaró el galardonado “cutman”-, me retire en la pelea de Mayweather contra (Marcos) Maidana. Le dije a Mayweather ‘sabes que es mi última pelea’ y me dijo ‘¡cómo!’; le conteste ‘sí’, ya aquí termino mi carrera’, y me dijo, ‘bueno, vamos hacer lo que tú deseas’, y anunció que iba a formar un nuevo equipo. Entonces lo hizo, llevó a otro muchacho para que lo vendara y le viera las cortadas, y sucede que viene la pelea con (Manny) Pacquiao y me habló a mi casa y me dijo ‘tienes que venir a trabajar conmigo’; le respondí que no, que ya estaba retirado, y me dijo con tono enérgico ‘¡no!, tú tienes que venir a trabajar conmigo, vas a retirarte cuando yo me retire’. Vino la pelea con (André) Berto y me dijo ‘vente para acá, tienes que estar conmigo’ y me prometió que íbamos a trabajar hasta cuando él terminara su carrera”.
-¿Quién fue el primer campeón mundial con el que usted trabajó?
“Ya ni me acuerdo, pero el primer campeón debió haber sido Ossie Ocasio; después, Carlos De León, Wilfredo Gómez y Edwin Rosario”.
-¿Por qué trabajar con esas estrellas de Puerto Rico?
“Bueno, sinceramente le voy a decir, y no es por hacer nada en contra de mi país (México). Cuando yo venía a Estados Unidos y trabajaba con ellos (los boricuas), siempre me pagaron bien y eso me gustaba, porque yo les decía ‘tanto’ y ellos decían, ‘sí hombre, cómo no’. Cuando yo venía con mexicanos, me decían ‘no’, y empezaban hacer cuentas en dólares y a traducirlas a pesos, y eso fue verdaderamente lo que pasó. Trabajé con puertorriqueños porque estaban acostumbrados a pagar en dólares. Hasta que en México el ‘Cuyo’ Hernández y Lupe Sánchez me preguntaron si quería trabajar con ellos. Desde ahí trabaje con ‘Bazooka’ Limón, Lupe Pintor, y muchos más de los muchachos en México, pero ahí fue muy distinto porque aprovecharon mi trabajo y no hubo problema. Uno de los últimos fue Rafael Márquez”.
El icono poblano acotó que trabajó 16 años con Floyd. Otras grandes figuras que requirieron de sus servicios fueron “Mano de Piedra” Durán y Alexis Argüello.
Califica a Humberto “La Chiquita” González y Pipino Cuevas -otro monarca que atendió- como dos muy buenos amigos suyos.
“Me enorgullece haber estado con los campeones más reconocidos de la actualidad”, afirmó.

LA GORRA FAMOSA
-Esos pines de su gorra tan famosa, ¿cómo fue el inicio?
“Bueno, porque salí a todas partes del mundo. Entonces, a cualquier parte adonde iba, compraba los pines en el aeropuerto y para no andarlos cargando, los puse en la gorra para que no se me perdieran. Y sucede que es una cosa exitosa, porque la gente conoce más la gorra que a mí”.
-Ahí vemos que tiene pines que van de Australia a Canadá, de Puerto Rico a París…
“Todas esas partes ya las conozco: África, China, Inglaterra, Francia; he andado por el mundo, gracias a Dios, por el boxeo. Me faltó Rusia ni a Argentina; muchas veces tuve la oportunidad de ir a Argentina, pero cuando se presentaba la oportunidad, no iba por el trabajo y los compromisos”.

EMIGRÓ A ESTADOS UNIDOS
-¿Cuando usted dejó Puebla para irse a Estados Unidos, ¿lo hizo como peleador?
“No, yo iba a trabajar a Estados Unidos. Fui peleador en México, mi entrenador fue Pepe Hernández; entrené con el ‘Ratón’ Macías (don Pepe fue el iniciador del ídolo tepiteño), y también con Fili Nava, con el “Albañilerito” Ruiz. Yo tenía 18 años en aquel tiempo, y hoy tengo 86”.
Es menester señalar que, quizá por su carácter jovial, la apariencia de don Rafael es de una edad menor. Y eso que, según nos platicó, pasó por una cirugía a corazón abierto, en 2001.
Pero… esa es otra historia que les presentaremos en otra entrevista con esta leyenda viviente.

DOBLE TROFEO
Por cierto, Rafita estuvo involucrado en dos de los combates que se llevaron sendos premios en la votación del WBC para lo mejor de 2015.
Don Rafael atendió a Mayweather en su encuentro con Pacquiao, en lo que fue el Evento del Año, y también estuvo en la esquina del “Bandido” Vargas cuando se impuso a Miura, en la que resultó la Pelea del Año.