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17, enero 2016 - 2:08

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EL jalisciense Pedro Flores, campeón gallo Panamericano de Cali 71 y ex monarca universal minimosca de la Asociación Mundial de Boxeo, resultó ser gran amigo de Humberto “Chiquita” González, quien fue brillante soberano de las 108 libras.
Concluida la misa que se celebró en memoria de don José Sulaimán, ambos ex campeones del mundo se dirigieron al restaurante del señor Juan Vargas, al norte de la ciudad de México, y de ahí enfilaron hacia Neza, donde Humberto, nativo de ese lugar, nos dio un recorrido por sus dos salones de fiestas, el Marbet, que construyó en forma inicial, y el Marbet Plus.
“La Chiquita” iba acompañado por su esposa Margarita y su hija Marbet.
En el primero de esos salones, “La Chiquita” tiene docenas de cuadros, con fotografías que se tomó junto a los más diversos personajes del mundo deportivo, artístico y político.
Humberto comentó que en el salón Marbet pelearon figuras de la talla de Saúl “Canelo” Álvarez, Juan Carlos Salgado, Óscar “Chololo” Larios y Tomoki Kameda.
Antes de abandonar la explanada de la Nueva Basílica y la Antigua Basílica de Guadalupe, Humberto y Pedro charlaron con su colega ex pugilista Alfonso Rivera, quien entre risas recordó “las madrinas” que sufrió ante ambos, cuando se ponían los guantes en el extinto gimnasio Margarita.
Del mismo modo, hicieron mención de aquellos días en que al lado de ellos hacían sus prácticas Pipino Cuevas y Marcos Geraldo.
Alfonso Rivera peleó con hombres que llegaron a ser campeones del mundo como Freddie Castillo y Ricardo “Finito” López, y enfatizó que ninguno pegaba tan duro como “La Chiquita”.
A Pedro Flores lo definió como dueño de “un boxeo muy fino”.
Rivera -también se midió con Gilberto Román- es hoy un próspero comerciante radicado en Puebla, dedicado a la elaboración de artículos de auténtica talavera, un oficio que heredó de su padre. Según mencionó, hace 200 años que su familia comenzó a trabajar en esa artesanía.

PERSEVERANCIA
Pedro Flores evocó que a los nueve años de edad le nació el interés por el boxeo al ir a la plaza de toros El Progreso, en Guadalajara. “Me electrizó ver un combate de boxeo”, acotó.
Influyó mucho en su decisión que su hermano mayor, José Francisco, obtuviera dos veces el campeonato de peso ligero de los Guantes de Oro de la capital tapatía.
“Mi hermano me inició en el boxeo, era compañero de Arturo Lomelí. Cuando vi pelear a José Becerra (monarca universal gallo) supe que había una meta. Mi primera pelea amateur fue contra Rogelio Robles (el promotor de boxeo) y perdí por puntos. Tuve altas y bajas, y la perseverancia me sacó adelante”, dijo.
El cetro universal, Pedro lo obtuvo en Japón, donde noqueó en el round 13 a Yoko Gushiken, en el segundo combate entre ellos.
“La primera vez, Gushiken me ganó por decisión en una pelea muy pareja. En el segundo combate salí con todo porque sabía que solamente si noqueaba me llevaría el campeonato; lo castigué tanto que de su esquina arrojaron la toalla. Los gritos que los japoneses lanzaban para apoyar a Gushiken, yo los tomaba como estímulo para atacarlo con más fuerza”, detalló. (JLC)

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