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19, enero 2016 - 9:06

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POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.

A 200 días de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el medallista de plata en Los Ángeles 1984 en lucha grecorromana, Daniel Aceves, habla de la pasión que representa esta fiesta deportiva.
Presidente de los Medallistas Olímpicos de México, comentó que la historia olímpica del país inicia desde 1924 cuando se participa por primera vez, y hasta la actualidad con los Juegos de Londres, donde se han obtenido 61 preseas; 13 de oro, 21 de plata y 27 de bronce.
“Uno de los aspectos en que coincidimos la mayoría de los medallistas, es que fuimos inspirados por otros mexicanos. En mi caso de parte de mi padre ‘Bobby Bonales’ del que quería ser como él, y por otro lado los Olímpicos de Montreal 76, donde pude ver a Daniel Bautista ganar medalla de oro en marcha, a Juan Paredes con bronce en boxeo, y sin duda la historia de Nadia Comaneci en la gimnasia, que marcó mi infancia y propósitos de vida”.
Nacido en la Colonia Guerrero, platicó que actuana en la Lagunilla con miras a ser un luchador profesional. Ahí practicó pesas, basquetbol, futbol, que fue lo que le apasionó para enrolarse más al deporte.
“Buscaba una especialidad para ser luchador, por lo que me inspiró es que tenía sobrepeso y al estar entrenando fui bajando los kilos. Posteriormente era el llegar al alto rendimiento. Ahí aprendí que los campeones no nacen sino se hacen. Que las cualidades físicas no son las que te pueden llevar a ser exitoso, sino la perseverancia, la constancia, la disciplina”.
A sus escasos 15 años de edad, Daniel tuvo sus primeras lesiones graves, pero eso no lo desmotivó para ser el primero en llegar a los entrenamientos y el último en marcharse.
“Muchos talentos tienen cualidades, pero no disciplina. Eso fue lo que me formó. Pero más el tomar de ejemplo a otros medallistas. Gracias a eso logré un sueño y además convivir con la mayoría de ellos en quienes he encontrado el rasgo humano, social, de hombres y mujeres que tienen más proyectos que recuerdos, y son inspiración de niños y jóvenes”.
Aceves Villagrán señala que a nivel internacional, muchos deportistas peleaban por conquistar una medalla olímpica, lo cual ayudaba para la autoestima de quien buscaba sobresalir. Ya que no existe un deportista que haya sido ascendente permanentemente, y esa es una de las virtudes humanas que se debe aprender y corregir, comentó.
Por lo que hay de aquél que no reconozca sus errores, que no pueda rectificar técnicas o que no siga aprendiendo constantemente.
“Porque nadie conoce totalmente el deporte. Todo es circunstancial, Y en México tenemos como un sentimiento de inferioridad, pero se fue acabando conforme se participaba más fuera del país. Se aprende que el esfuerzo que vas realizando se convierte en resultados. En aquel tiempo nunca tuve contacto con un sicólogo, médico, o alguien que guiara la alimentación. Luchábamos por la gloria, sin premios económicos”.
Así rememora Daniel Aceves el cómo se preparaban para llegar a unos Juegos Olímpicos. Donde en Barcelona 1992 cambió el concepto amateur por el profesional, y con empresas que ahora apoyan a quienes están dando resultados, y que revierten en el sistema económico de los países que invierten en el deporte.
“Hoy en día las medallas significan mucho para las empresas. Un medallista olímpico vive y muere diferente. Se pasa de ser anónimo a estar en los medios de comunicación, las redes sociales. Es un cambio radical pero favorable, por lo que ahora no se puede ver el mundo o la humanidad sin la herramienta del movimiento olímpico, porque es un generador de paz, inspirador y un elemento de cuestión social”.