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Mira

21, enero 2016 - 8:51

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ROMA, Italia.- El cineasta Ettore Scola, considerado el último maestro de la comedia italiana y realizador de grandes clásicos como “Un día especial” y “La familia”, entre otras cintas, murió a los 84 años en un hospital en Roma, reportó su familia.
Cineasta comprometido y autor de cintas como “Una jornada particular”, con Sophia Loren y Marcello Mastroianni o “Nos amábamos tanto”, con Vittorio Gassman y Stefania Sandrelli, Scola había entrado en coma desde el domingo a causa de complicaciones cardíacas.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, rindió homenaje a Scola, diciendo que era un “maestro” de la pantalla, con una capacidad que era tan increíble como su gran talento para leer los cambios que atravesó la sociedad italiana.
En su cuenta oficial de Twitter, Renzi escribió que su muerte, acaecida la noche del martes, “deja un gran vacío en la cultura italiana”.
Dario Franceschini, el ministro italiano de Cultura y Turismo, tuiteó: “Un gran maestro, un hombre increíble, joven hasta el último día de su vida”.
Considerado el último gran maestro de la comedia a la italiana, el realizador hizo películas en las que retrataba un país que salía del fascismo y buscaba olvidar los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
En “Una jornada partiular”, Mastroianni (al que dirigió en nueve películas) interpretaba a un periodista homosexual y Loren a su vecina, una ama de casa frustrada casada con un fascista. La historia transcurría con la visita de Hitler a Roma como trasfondo.
“Una jornada particular”, rodada en 1977, fue candidata al Oscar como mejor película extranjera (al igual que otras cuatro cintas de Scola) y valió también a Mastroianni la candidatura al mismo premio como mejor actor.
El filme “Nos amábamos tanto”, de 1974, se centraba, en cambio, en 30 años de historia italiana contada a través de las aventuras de tres amigos (Gassman, Nino Manfredi y Stefano Satta Flores) enamorados de la misma mujer (Sandrelli). La película fue premiada en el Festival Internacional de Cine de Moscú.
Nacido el 10 de mayo de 1931 en Trevico, en la sureña provincia de Avelino, Scola inició su carrera en el cine como guionista en filmes de Ruggero Maccari o Mario Mattoli y en 1964 debutó como director con la cinta “Se permettete parliamo di donne” (Si me permiten hablamos de mujeres), interpretado por Gassman.
También en los setenta filmó “Brutti, sporchi e cattivi” (Feos, sucios y malos) una comedia amarga que retrataba la periferia marginada de Roma y en la que debía colaborar el cineasta y artista Pier Paolo Pasolini, pero que no lo hizo porque fue asesinado en 1975.
Por esa cinta, Scola recibió en 1976 el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes.
Ya considerado un autor de prestigio, en los ochenta el realizador rodó otros filmes memorables, como “La Terraza”, “El baile”, “La noche de Varennes, “La familia”, “Splendor”, “La cena” o “Historia de un pobre hombre”.
De 2001 fue en cambio su cinta “Competencia desleal”, mientras que en 2003 rodó “Gente de Roma” y en 2013 “Qué extraño llamarse Federico”, un documental dedicado a su amigo y mentor Federico Fellini.
En esos años, sin embargo, Scola, quien dirigió 41 películas, anunció que no haría más cine mientras Silvio Berlusconi (que encabezó varios gobiernos entre 2001 y 2011) estuviera en el poder.
Militante del Partido Comunista, el cineasta dijo adiós al cine con el documental “Ridendo e scherzando” (Riendo y bromeando), en el que sus hijas Paola y Silvia le rindieron homenaje. (Agencias)