“A la UNAM, mi pasión infinita”, rezaba en una larga y vehemente plegaria La Rebel que peregrinó con el estandarte universitario tan alto que rozaba el cielo.

Los creyentes iluminaron su camino con miles de papeles que con los rayos solares asemejaban cirios, mientras las trompetas y bombos daban vida y alegría a cada paso que daban sobre insurgentes.

En punto de las 11:30 el templo universitario recibió a los festejados, pues la banda del pebetero celebraba su aniversario 18… Poco a poco va llegando la banda y comienza el carnaval que alegraba y acentuaba la belleza arquitectónica de Ciudad Universitaria.

Sin pastel, La Rebel ingresó a la casa de Pumas, donde se instaló para celebrar en grande la fecha en que se instauraron como barra.

Durante los 90 minutos, los más de 15 mil miembros que se dan cita cada quince días en el Pebetero cantaron, brincaron y alentaron a su equipo, que a pesar de ir abajo en el marcador, la intensidad no disminuyó, por lo que es una de las porras más reconocidas en el futbol mexicano y ha forjado una historia de pasión y unidad con el equipo.