POR: TONATIUH G. TRUJILLO
ENVIADOS ESPECIALES

VERACRUZ.- Tiburones y Xolos se entregaron dejando el alma sudor y lágrimas en la cancha en un empate perrón 2-2 en la cancha del Luis “Pirata” Fuente.
Las anotaciones del vibrante cotejo fueron obra de Gabriel Peñalba y Juan Ángel Albin, quienes pusieron adelante a los Tiburones; mientras Juninho y Henry Martin igualaron los cartones.
Con esta igualada los canes aztecas escalaron hasta la quinta posición con cinco unidades; mientras los escualos se quedaron en el décimo tercer peldaño con tres unidades.
Ahora ambos equipos deberán trabajar para enfrentar la segunda fecha de la Copa MX, así como la quinta fecha, donde Tiburones visitará a Querétaro y los fronterizos recibirán a Cruz Azul.

FEROCES
Trepidante, emociónate, feroz y con grandes anotaciones, Tiburones y Xolos abrieron una muy prometedora jornada 4.
Desde el silbatazo inicial de Jorge Isaac Rojas, los escualos, hambrientos de triunfo se volcaron frente al arco de Vilar, quien desde el primer minuto de empleó a fondo para salvaguardar su meta, haciendo suspirar a los miles de jarochos presentes en el “Pirata” Fuente.
El deseo de los tres puntos era inmenso, por lo que una y otra vez, el Tiburón daba aletazos desequilibrar a los Xoloitzcuintles y devorarlos, hasta que lo lograron. La primera mordida llegó gracias a un tremendo error de la zaga, pues en una jugada de poco peligro, Leitón cometió una clara falta sobre Villalva, la cual el nazareno decretó como penalti y expulsión para el naturalizado. Peñalba, con su distinguido “toque” abrió el marcador al disparar desde los once pasos fuerte y pegado al poste, imposible para el cancerbero fronterizo.
Con la letal mordida en la yugular y con un hombre menos, los canes aztecas era una presa fácil, por lo que los pupilos de Reinoso no dejaron respirar a los hombres del “Piojo”, que en lo que se reacomodaban en el campo volvieron a sentir las filosas mandíbulas de los veracruzanos.
Juan Ángel Albin, aprovechó nuevamente una falla de la zaga rojinegra para poner el segundo en la frente. Desde los linderos del área, el camisa 10 sacó un potente disparo con el que doblegó al meta argentino.
Luego del “baile” que les estaban pegando los escualos, Miguel Herrera dio indicaciones desde el palco y envió al campo a Elio Castro para fortalecer la defensa y así darle un poco de más salida y evitar los ataques locales, situación que con el paso de los minutos le surtió efecto, al grado de acortar el marcador.
Dayro Moreno sacó al artista que lleva dentro y metió un excelente pase filtrado para Juninho, quien despiadadamente sacó un derechazo y vencer a Melitón silenciando así al Puerto Jarocho.
Acortando la distancia, los canes se volvieron dueños y amos de la pelota, tocaron de un lado a otro, abrieron el campo y detectaron la debilidad de los dirigidos por el “Maestro”. Balón parado. Gnadolfi hizo un despeje largo hacia Henry Martín, quien bajó el esférico para Hauche, que devolvió el dulce al juvenil, que fusiló a Hernández para decretar un feroz empate.
El silbatazo de Rojas decretando el final del primer lapso llegó y con ello los abucheos y metadas de los seguidores a su propio equipo, que continúa con altibajos.

FIRMÓ EMPATE
Para el complemento y a pesar de que Reinoso envió a la cancha al “Paleta” Esqueda para buscar el triunfo, los canes ya le habían tomado la medida a los jarochos, por lo que llevaron el encuentro a una lucha encarnizada en el medio campo, la cual los fronterizos perdieron, pues Veracruz dominó la pelota e intentó llegar a la meta de Vilar, pero estoicamente la defensa canina aguantó los embates y nulificó a sus letales artilleros, pues ni el “Keko” ni Furch ni Albin ni el propio “Paleta” mostraron nuevamente su enorme calidad, por lo que cada jugada en el área visitante se quedaba en suspiros del público que emocionado quería gritar gol.
Con el paso de los minutos, el “Piojo”, mandó un mensaje desde los palcos de aguantar, pues el empate era un magnífico resultado en una cancha complicada, por lo que los perros se echaron atrás y con ferocidad enseñaban los dientes y evitaban la igualada y así aguantaron hasta el silbatazo final.