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30, enero 2016 - 19:31

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POR A.G. GONZÁLEZ
FOTOS: MARTÍN MONTIEL Y ALEJANDRO VILLA

CRUZ Azul parece estar de regreso. El equipo de Tomás Boy confirmó los avances que han tenido en lo futbolístico, pero sobre todo en cuestión de actitud. Porque ante la adversidad que representaron los Jaguares y los propios errores cementeros, se levantaron hasta conseguir su primera victoria del torneo.
El maquinista de ayer fue Aldo Leao. Refuerzo para esta campaña, el colombiano naturalizado se apoderó de la media cancha y repartió el mismo número de pases acertados que de ideas que evolucionaron para llevar a los cementeros a una remontada que confirmó que se trata de un equipo con sangre en las venas.
EL PARTIDO
Tomás Boy había propuesto un partido ofensivo con Joffre Guerrón de inicio y una formación que controlaba el medio campo y desplegaba el ataque por los costados para abrirle espacios a Jorge Benítez, quien se proyecta como el goleador que este equipo ha esperado desde hace unos torneos.
Y así se comportaba La Máquina: como el equipo que proponía y se sentía superior al momento de tener el balón y cuando no era así, apretaban de inmediato para recuperar lo más cerca de la portería de Óscar Jiménez, quien una y otra vez acomodaba a sus elementos y cubría su marco.
En una de esas jugadas difíciles de entender por la zona del campo en que se generó, Francisco Rodríguez tiró por la borda el planteamiento inicial de su técnico. El ‘Maza’ barrió sobre Silva, el árbitro Montaño no dudó en sacar la tarjeta roja. Era un nuevo juego. Los Jaguares, sin ser algo espectacular, lograban controlar los embates cementeros y hasta tenían para hacer un par de llegadas.
En una de esas, Silvio Romero sintió el brazo de Julio Domínguez y cayó al césped. El silbante estaba de frente y juzgó la jugada como penalti a favor de Chiapas. El propio Romero cobró (minuto 42) y los visitantes ya lo ganaban a pesar de no ser el mejor en la cancha.
Pero si de algo puede presumir este Cruz Azul es actitud. Con uno menos, los cementeros jugaron de la misma forma y no paraban en el intento por rescatar, de entrada el empate. Boy acomodó con la salida del joven Zúñiga y la entrada de Santos, dejó a Guerrón con Benítez al ataque y mantuvo la fuerza de su mediocampo con Rojas y Baca.
Superior el Cruz Azul, el empate solamente fue una consecuencia del futbol que hacían hasta ese momento. Y ese gol vino de la figura de Benítez, pero de la primera gran jugada de Leao: El mediocampista llegó hasta línea de fondo por derecha, envió el servicio y ante el machucón de Guerrón, Benítez apareció solo para empujar.
Avilés Hurtado tuvo la oportunidad de marcar el segundo tanto para los chiapanecos en una jugada de contragolpe, pero el atacante felino falló en la definición y eso dio paso al nuevo despertar de La Máquina.
Una y otra vez, los cruzazulinos llegaban a la meta chiapaneca y no se notaba que tenían uno menos. Los de arriba se cruzaban con amplia libertad por entre la línea de defensores mientras los mediocampistas, a los que se sumó el catalán Víctor Vázquez, quien al fin jugó en la liga y rápido entró a la dinámica del resto de sus compañeros.
La victoria cementera inició en los pies del español. Servicio al espacio para Benítez, quien levantó al área. Ahí apareció Leao, quien con la cabeza se acomodó para después marcar el tanto de la victoria de volea. El festejo del mediocampista fue una descarga de toda la furia acumulada en los últimos días por las dudas que se levantaron en torno a este proyecto.
Lo ganó Cruz Azul. Lo ganó con gran futbol y personalidad; par de ingredientes que la afición de este equipo exigía como mínimo al tratarse de un histórico. Tomás Boy confirma que ha hecho mejorar a esta plantilla con las incorporaciones que tuvo y los jugadores, que pueden superar hasta los errores que tienen ellos mismos en la cancha y que quisieran más afición en su estadio, que vivió una de esas tardes que ya le hacían falta.