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2, febrero 2016 - 8:44

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POR JOSÉ LUIS CAMARILLO

VICENTE Torres Navarro, más conocido como “Borrego” Torres júnior, dejó este mundo. Su ilustre trayectoria como entrenador boxístico queda para la historia, ya que participó en la conquista de seis medallas olímpicas para México entre 1968 y 2000, lo que le llevó a ser distinguido con el Premio Nacional del Deporte en el año 2000, mismo que recibió de manos del entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo.
Su muerte ocurrió a las 8 pm del domingo anterior a causa de un infarto. Su hijo Vicente Torres Mureddu, quien le guarda un enorme parecido, nos dijo que el 12 de diciembre de 1997 don Vicente fue sometido a una cirugía “a corazón abierto”, tras lo cual llevaba una vida normal hasta que comenzó a sentirse mal en la tarde del mismo domingo en su domicilio en Tlalnepantla. Ya no sobrevivió a ese último ataque cardiaco, no obstante su rápida hospitalización.
Homónimo de su padre, de quien heredó tanto la pasión por el boxeo como el oficio de entrenador y el mote de “Borrego”, don Vicente Torres Navarro formó parte del cuerpo técnico que guió a Antonio Roldán y Ricardo Delgado a ganar las medallas de oro en peso pluma y mosca en los Juegos Olímpicos de México 68. En tal ocasión, Joaquin Rocha y Agustín Zaragoza lograron sendos bronces en peso completo y mediano.
Vicente chico, nieto del “Borrego” original, nos platicó que después de México 68, “mi papá nos llevó con él, a Honduras”, donde trabajó dos años con el equipo nacional.
Posteriormente, el “Borrego” júnior fue contratado para ir a Colombia, a entrenar al equipo de ese país, en Bogotá.
Fue a fines de los años 70 que regresó a México. Venían con él una decena de pugilistas profesionales colombianos, entre ellos: Alfredo Pitalúa, “Azabache” Obregón, Rafael Piamonte y Freddie “El Riel” Hernández.
Vicente Torres regresaría al Comité Olímpico Mexicano para compartir el éxito que llegó por conducto del poblano Mario González, bronce en peso mosca en los Juegos de Seúl 88.
De nuevo emigró en busca de otras oportunidades, pero se le llamó una vez más para unirse al equipo mexicano que se preparaba para competir en el torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. Ahí partícipó con el equipo que trajo el último metal olímpico en boxeo para nuestro país por conducto del chihuahuense Cristian Bejarano, plata en peso ligero.

ORIGINARIO DE LA
CIUDAD DE MÉXICO
Vicente Torres Navarro nació hace 77 años en la ciudad de México. De su matrimonio con la señora Rosalba Mureddu, fallecida hace tres años, le sobreviven sus hijos Vicente y Karla, quien nos confirmó que ESTO era su Diario favorito.
Al “Borrego” júnior le hicimos incontables entrevistas, muchas de ellas cuando entrenaba a los Pitalúa, Obregón, Hernández, Piamonte, etc., en el gimnasio Nuevo Jordán. El promotor de esos boxeadores era Ricardo Maldonado, junto con Ricardo júnior.
En el funeral de este lunes, en una agencia de General Prim, en la colonia Juárez, conocimos a los hijos que procreó con la señora Eulalia Robledo Ramírez: Alejandra, Óscar y Rafael.
La señorita Alejandra Torres Robledo recordó que, por el hecho de radicar en el Estado de México, su padre fue galardonado con el Premio Estatal del Deporte 2001, mismo que puso en sus manos el entonces gobernador mexiquense Arturo Montiel Rojas.
En su féretro, Vicente Torres júnior portaba el traje diseñado especialmente cuando fue receptor del Premio Nacional del Deporte, el cual mostraba en la solapa un escudo con la leyenda Sydney 2000, y un pin conmemorativo de esos Juegos Olímpicos.
Entre la gente que asistió a darle la última despedida se contó a Nacho Beristáin y José Luis Barrera, ex titular de la Asociación de Boxeo del DF.
La señora Eulalia Robledo lamentó que pese a su trayectoria, el reconocido entrenador careciera de seguro médico y que al final fuera olvidado por las autoridades, pese a que “sentía un amor muy grande por su país; el boxeo era su pasión, entregó todo al deporte”.
A las 7 pm de este lunes, sus restos mortales, que permanecían en la Capilla 4, fueron retirados para ser llevados a cremación.
Descanse en paz uno de los más grandes entrenadores mexicanos del boxeo de las medallas y los trofeos.

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